El pasado fin de semana, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que supone recrudecer sanciones contra Irán. Ahora, a las autoridades de este país se les asignan dos meses para cesar su programa nuclear, aunque nadie cree que cumplan este ultimátum. Todo lo contrario, el mundo se está preparando para afrontar la operación militar contra Irán.
Según ha podido conocer el periódico Kommersant, las compañías rusas establecidas en Irán, ya han trazado los planes de evacuación de su personal. Los diplomáticos también reconocen que los preparativos para la evacuación de los ciudadanos rusos están en marcha y que la propia evacuación podría comenzar ya el próximo mes de mayo.
Una fuente de Kommersant en la Agencia Rusa de Energía Atómica (Rosatom) ha confirmado que los preparativos para la evacuación de unos 2.000 ciudadanos ocupados en la central electronuclear de Bushire se desarrollan a todo tren. "Desde luego que estamos pensando en la evacuación, porque si a la obra de Bushire se imponen sanciones de la ONU, durante un mes tendremos que sacar a mucha gente", enfatizó.
Empleados de diversas compañías rusas establecidas en Irán también confirmaron que los preparativos para la evacuación se iniciaron.
Por su parte, funcionarios de la Embajada rusa en Teherán le comentaron a Kommersant que de momento la situación les parecía bastante tranquila, pero se preparaban para cualquier cariz de los acontecimientos, incluyendo la reacción de Irán a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mientras los diplomáticos rusos tan sólo esperan el agravamiento de la situación en Teherán, sus colegas británicos ya se enfrentaron con la crisis. El viernes pasado, las fuerzas navales de Irán detuvieron a 15 marinos británicos en las aguas fronterizas del río Shatt-al-Arab.
La detención se produjo poco antes de aprobar la resolución el Consejo de Seguridad de la ONU. Evidentemente, el escándalo estaba directamente relacionado con la votación en ciernes. Las autoridades iraníes sabían perfectamente que el documento sería aprobado, por lo cual decidieron aportar su grano de arena al agravamiento. Todavía el miércoles pasado, el líder islámico de Irán, ayatollah Alí Khamenei, al intervenir en la ciudad de Meshhed, dijo: "Si los países de Occidente optan por la vía de amenazas y violencia, el pueblo y los dirigentes de Irán utilizarán todos los recursos disponibles para asestar el golpe de represalia al agresor". Por lo visto, la detención de marineros británicos es el primero entre tales golpes. Mientras tanto, en el Golfo Pérsico continúan las maniobras de la Armada iraní, de nueve días de duración. Antes del inicio de los ejercicios, el contralmirante Mortaza Zaffar, Comandante de la Marina y coordinador de los ejercicios, manifestó: "Si EEUU empieza una guerra contra Irán, ya no la terminará".
Aun al aprobar otra resolución antiiraní, Rusia y Occidente no dejan de afirmar que las negociaciones pueden reanudarse y la crisis, arreglada. Pero les cuesta trabajo disimular que nadie cree en un desenlace pacífico.
