A juzgar por el "Plan Estratégico para 2007-2012", elaborado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el próximo lustro no promete nada bueno para las relaciones ruso-norteamericanas.
En términos rígidos los autores del documento llaman la atención sobre la "conducta negativa de Rusia" y sus retos a la política de EEUU. Entre tales retos se cataloga incluso la política interna de Rusia, en particular, la "creciente centralización del poder, presiones sobre las ONGs y la sociedad ciudadana, creciente intervencionismo del Gobierno en la economía y limitaciones de la libertad de prensa".
Aun más preocupados se sienten los autores del informe por la política exterior de Rusia: "Las ventas de armamentos rusos a los Estados como Irán, Siria y Venezuela provocan una gran preocupación en el seno de la comunidad internacional". Otro gran desafío es la "política de Rusia respecto a los países limítrofes" en el espacio postsoviético. Rusia es criticada por el apoyo prestado a las repúblicas rebeldes en el territorio de Georgia y Moldavia, por las presiones políticas y económicas ejercidas sobre Georgia, por el uso de agentes energéticos para presionar sobre Estados colindantes y establecer el control sobre la infraestructura y las empresas de importancia estratégica".
Los autores no se limitan a las críticas sino que proponen contramedidas concretas que deben aplicar, a juzgar por todo, no sólo diplomáticos norteamericanos sino también vecinos de Rusia. Por ejemplo, la diversificación de los suministradores de recursos energéticos.
No obstante las enconadas críticas dirigidas a Rusia, el "Plan Estratégico" admite la posibilidad de promover la cooperación entre ambos países en los ámbitos como "la lucha contra el terrorismo y la no proliferación de las armas de destrucción masiva". Más aun, Washington se propone contribuir a la integración de Rusia en la economía global".
"El documento se caracteriza por una proyección antirrusa, politización y enfoque simplista de varias cuestiones", manifestó ayer en entrevista a Vremia Novostei Nikolái Zlobin, director de programas para Rusia y Asia en el Instituto de Seguridad Mundial (Washington).
Según el estudioso, otro motivo del tono rígido del Plan consiste en que de cara a las elecciones presidenciales (noviembre de 2008), la Administración de George Bush se empeña en mostrar lo consecuente y bien pensada que es su política exterior para de este modo responder a las acusaciones de los demócratas quienes insisten en que el actual inquilino de la Casa Blanca se apasionó por los panegíricos a Putin y no se dio cuenta de que Rusia se convirtió en un rival de EEUU", resume el politólogo norteamericano.