Turkmenistán y Azerbaiyán están encontrando el lenguaje común tras un prolongado período de enfriamiento en las relaciones bilaterales. En el encuentro celebrado ayer por primera vez en Bakú los líderes de los dos países se centraron en las perspectivas de construcción de una tubería a través del Caspio que permitirá exportar agentes energéticos centroasiáticos al soslayo de Rusia.
Poco antes de la llegada a Bakú del presidente de Turkmenistán, Gurbangulí Berdymuhamédov, el ministro azerbaiyano de Industria y Energía, Natik Alíev, dio a entender que los jefes de Estado promoverán al primer plano la cooperación en energía. "Se trata de la unión de las redes de oleoductos y gasoductos y de la asistencia recíproca en transporte de agentes energéticos", indicó el ministro.
Desde hace tiempo EEUU y la UE acarician la idea de construir una tubería al soslayo de Rusia. El año pasado la Secretaría Americana de Estado hasta asignó fondos a la elaboración del estudio de factibilidad del proyecto. El pasado mes de abril la comisaria de Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, acordó con las autoridades de Ashjabad que Turkmenistán reservaría en 2009 para la UE hasta 10 mil millones de metros cúbicos de gas. Berdymuhamedov aseveró a Bruselas que la UE podrá participar en los concursos de adjudicación de contratos de desarrollo de nuevos yacimientos en Turkmenistán. Por su parte, Ferrero-Waldner, consideró el gasoducto a través del Caspio como la mejor ruta de transportación de gas a Europa. De cuajar en realidad el proyecto de gasoducto transcaspio de 200 km (su precio puede superar 1.000 millones de dólares), sería posible transportar, luego, el gas centroasiático por la tubería Bakú-Tbilisi-Erzurum con capacidad de 8 mil millones de metros cúbicos de gas al año. En este caso los yacimientos turkmenos podrían nutrir el gasoducto Nabucco que Bruselas ansia construir para conducir el gas desde Turquía a los países de la UE.
Los expertos consideran de muy probable un acuerdo gasístico entre Bakú y Ashjabad. "El proyecto en cuestión promete resultar más ventajoso para Turkmenistán que el gasoducto ribereño del Caspio, propuesto por Rusia", sostiene el director de la agencia East European Gas Analysis, Mijaíl Korchemkin. A su juicio, en caso del gasoducto transcaspio los gastos de transporte son mucho más bajos y es muy probable que Turkmenistán no tenga que costear las obras de construcción. A consecuencia, Turkmenistán contará con un margen de maniobra a la hora de elegir las rutas de exportación de su gas en detrimento a las posiciones de Gazprom.
