Pese a las promesas de políticos de alto rango, el parlamento bielorruso no incluyó el reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur en la agenda de su sesión primaveral. El presidente del país, Alexandr Lukashenko, decidió dar largas a ese asunto, opinan expertos.
Las dos ex autonomías de Georgia dirigieron la respectiva solicitud al Legislativo bielorruso a finales del año pasado, pero hasta el momento se ignora el destino que correrá ese documento. En la agenda de la sesión primaveral del parlamento bielorruso, que se inaugurará el 2 de abril, tal punto no figura.
El politólogo Fiódor Lukiánov afirma que desde el comienzo estaba claro que Lukashenko no tenía la intención de reconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, porque al igual que otros líderes de las ex repúblicas soviéticas no quiere legitimar el precedente de una revisión de las fronteras.
A finales de marzo, Minsk recibió la invitación de unirse al programa de la Unión Europea "Asociación Oriental", según el cual seis ex repúblicas soviéticas - Azerbaiyán, Armenia, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania -recibirán 600 millones de euros de la UE hasta 2013. Bruselas suavizó notablemente sus retóricas utilizadas con respecto al régimen bielorruso, y Lukashenko se vio en una situación en que puede recibir recursos tanto de Rusia como de la Unión Europea.
Rusia no castigará a Bielorrusia en el aspecto financiero por tal proceder, pero puede "recodárselo" a Lukashenko un día, supone el director general del Centro del Estudio de Procesos Socio-Políticos en el Espacio Postsoviético, Alexei Vlásov. El parlamento bielorruso podrá analizar el tema de reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur sólo en el caso de cambiar radicalmente la situación, afirma el experto.
La táctica de dar largas al asunto a veces aporta frutos. "Hace medio año todavía, el reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur era una cuestión de prestigio para las autoridades de Rusia, y actualmente se transforma en un tema secundario para ellas", subrayó Lukiánov.
