El asunto de Siria dividió “casi a partes iguales” a los líderes mundiales que asisten desde el jueves a la cumbre del G20 en la ciudad rusa de San Petersburgo, reconoció el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“La cena constató la disparidad de opiniones entre los líderes. Mientras que unos países defendieron la necesidad de tomar medidas urgentes sin tener en cuenta todo organismo internacional legítimo, otros pidieron no devaluar el derecho internacional y no olvidar que solo el Consejo de Seguridad tiene derecho a decidir el uso de la fuerza”, explicó Peskov.
Las declaraciones del portavoz presidencial se produjeron la noche del jueves tras concluir la cena de trabajo en la que, a propuesta del anfitrión de la cumbre Vladímir Putin, los veinte líderes abordaron el difícil asunto sirio.
La clara divergencia entre los mandatarios mundiales ante el tema fue confirmada también por uno de los asistentes a la cumbre, el primer ministro italiano Enrico Letta. “Terminada ahora la sesión de tarde donde se ha comprobado la división sobre Siria”, escribió Letta en su cuenta de Twitter.
La cumbre del G20 arrancó el jueves en la antigua capital del Imperio ruso con la grave crisis siria como telón del fondo. Aunque la agenda oficial del foro no incluía inicialmente ninguna sesión especial sobre la crisis siria, se ha convertido en uno de los temas centrales de la cumbre.
El mismo tema estuvo presente también en la reunión privada que el presidente ruso mantuvo tras la cena con el primer ministro británico, David Cameron. Por otra parte, eegún el portavoz de Putin, ambos líderes repasaron la cooperación bilateral y coincidieron en valorar positivamente su evolución.
