Al menos 950 personas murieron en cárceles en el norte de Nigeria en los primeros seis meses del presente año, reveló la organización para la defensa de derechos humanos Amnesty Internacional (AI).
La información suministrada a AI por un militar nigeriano anónimo de alto rango indica que los reclusos mueren de hambre, asfixia a causa del hacinamiento, o son víctimas de represalias o conflictos entre presos.
Hasta el momento las autoridades nigerianas no han comentado la denuncia de la organización internacional aunque la cúpula militar rechaza las acusaciones sobre la violación de los derechos humanos en el país africano.
El problema de saturación en las cárceles nigerianas está relacionado con la lucha del ejército contra la guerrilla Boko Haram que lucha por la creación de un estado islámico en Nigeria.
El pasado mes de septiembre, guerrilleros de Boko Harán ocasionaron más de 143 muertos durante un ataque contra la localidad de Benisheikh, en el estado de Borno, donde los guerrilleros asesinaron civiles, agentes de policía y cometieron saqueos e incendios.
En julio pasado, los islamistas lanzaron explosivos y quemaron los dormitorios en otro colegio de Yobe, causando al menos 42 muertos.
La guerrilla Boko Haram, cuyo nombre se traduce como “la educación occidental es un pecado”, lucha por imponer la Ley Islámica en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Desde 2009, cuando la Policía liquidó al líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos, según datos del Ejército nigeriano.
