Los enfrentamientos entre el grupo armado Seleka y los militantes de autodefensa Anti-Balaka que tuvieron lugar la semana pasada en Bangui, la capital de la República Centroafricana, se saldaron con la muerte de más 500 personas, informaron medios internacionales.
Según AP, la Cruz Roja local halló para este miércoles más de 460 cuerpos, en su mayoría cristianos. Varias decenas de cadáveres de musulmanes fueron trasladados a las mezquitas, por lo tanto no figuran entre estas cifras.
La semana pasada el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución para desplegar en el país 1.200 efectivos franceses y 3.600 militares de países africanos.
Más tarde, el presidente francés, François Hollande, declaró que el contingente de Francia se ampliará hasta 1.600 personas mientras que la Unión Africana llevará el número de sus efectivos hasta 6.000.
El lunes los militares franceses comenzaron a desarmar los rebeldes en Bangui. El martes se comunicó que dos efectivos galos murieron durante una operación.
El mismo día, Hollande visitó la República Centroafricana, de vuelta del entierro de Nelson Mandela. El presidente rindió homenaje a los fallecidos y pronunció un discurso ante el contingente francés.
Hollande indicó que los efectivos de su país cumplen una misión peligrosa pero importante para poner fin al derramamiento de sangre.
República Centroafricana afronta una oleada de violencia desde que los rebeldes de mayoría musulmana Seleka tomaron el poder por la fuerza en marzo y durante meses se dedican al saqueo, violaciones y asesinatos.
El presidente François Bozize tuvo que huir del país y Michel Djotodia, líder de Seleka, se proclamó presidente interino. Desde entonces en la República Centroafricana no cesan los enfrentamientos entre los partidarios y contrarios al nuevo poder.
