Altos cargos del Gobierno de Rusia y expertos citados hoy por el diario RBC Daily coinciden en que es inviable acelerar el crecimiento de la economía rusa a corto plazo.
El primer ministro Dmitri Medvédev, en declaraciones a la cadena RBC-TV, admitió que “el potencial del crecimiento, tal como lo hemos concebido en los últimos diez años, está agotado ahora”.
Medvédev llamó a centrarse en objetivos estratégicos a largo plazo y “apostar por la mejora del clima empresarial”.
La vicepresidenta del Banco Central, Ksenia Yudáeva, advirtió contra una bajada de los tipos de interés y otros intentos de espolear el crecimiento que, a su modo de ver, podrían acelerar la subida de los precios en las condiciones actuales de estanflación.
Yudáeva recordó que los precios de hidrocarburos, metales y otras materias primas, principales renglones de exportaciones rusas, empiezan a bajar al tiempo que en el mercado laboral se acentúa la presión demográfica: los nacidos durante el bajón demográfico de los 1990 desplazan a los baby boomers de los 1980, y a los de los 1950, que ya se están jubilando.
La economía rusa creció el pasado año un 1,4% y, según el titular de Desarrollo Económico, Alexéi Uliukáev, mantendrá un ritmo bajo hasta 2015.
“Como mucho, crecemos a un 2,5% mientras que la economía global, a un 3,5%”, dijo el ministro que, junto con otros colegas, participó ayer en el Foro Económico Yegor Gaidar.