Los observadores militares de la OSCE detenidos por las milicias de las fuerzas de autodefensa de la ciudad de Slaviansk, en Ucrania Oriental, declararon hoy que no se consideran prisioneros de guerra, pero no saben cuándo podrán volver a casa.
"No somos prisioneros, somos invitados del alcalde (popular de Slaviansk, Viacheslav) Ponomariov", dijo en una rueda de prensa en Slaviansk el jefe de la misión militar coronel Axel Schneider.
Ocho observadores militares de la OSCE permanecen retenidos en Slaviansk desde el viernes pasado cuando los milicianos locales bloquearon su autobús en uno de los puestos de control. Venían acomañados por unos militares ucranianos, sregún las milicias.
Schenider aclaró, que entre los "invitados del aclalde" se encuentran tres oficiales del Ejército alemán, un militar polaco, uno de Suecia, uno de la República Checa, un militar danés y un traductor civil de Alemania.
Tanto Moscú como Occidente ha llamado repetidamente a las "autoridades populares de Slaviansk" a liberar a los detenidos de manera inmediata.
Schneider explicó que desde hace varios días los observadores están "en manos del alcalde". Al principio les alojaron en un sótano para que se busquen la vida.
"Ayer (sábado) nos trasladaron a un lugar mejor que tiene calefacción y aire acondicionado", precisó.
Sin embargo, no saben cuándo sus anfitriones les dejarían volver a casa. "No sabemos cuáles son las condiciones de nuestra liberación. Esto lo tienen que negociar los diplomaticos de nuestros respectivos países en colaboración con el alcalde Ponomariov", dijo.
Las milicias de Slaviansk declararon anteriormente que consideran a los observadores militares de la OSCE «espías de la OTAN». Quieren canjearlos por los suyos, incluido el «gobernador popular» de Donetsk, Pável Gúbarev.
Schneider rechazó las acusaciones del espionaje y afirmó que los obsevadores actuaban de acuerdo con los tratados internacionales y no llevaban armas.
"Somos diplomáticos en uniforme militar. Esa misión no es de la OTAN, sino de la OSCE", indicó.
