El Real, la moneda oficial de Brasil, cumplió hoy veinte años desde su nacimiento, un periodo en el que su valor se ha reducido en un 80 % ya que el país suramericano ha acumulado una inflación del 359,89%, según el oficial Índice Nacional de Precios del Consumidor Amplio (IPCA).
Según los datos del IPCA, en estos últimos veinte años el valor que tenía para los brasileños un billete de cien reales (unos 45 dólares) se ha reducido hasta alcanzar el equivalente a 21,75 reales, lo que ejemplifica la caída que ha experimentado la moneda en dos décadas.
Sin embargo, este crecimiento de la inflación y el correspondiente descenso del valor del real no ha supuesto que los brasileños se empobrezcan durante las últimas dos décadas, ya que el crecimiento experimentado por la economía brasileña ha permitido que el salario medio aumentase en un 426 % según el Instituto Brasileiro de Geografía e Estadística (IBGE).
En los últimos veinte años el salario medio de los brasileños pasó de 382,73 reales (unos 173 dólares según la cotización actual) a 2.013,50 (algo más de 900 dólares).
Asimismo, el real consiguió el objetivo para el que fue creado, frenar la hiperinflación que azotaba el país suramericano.
El crecimiento de los precios soportado por la moneda previa (el Cruzeiro Real, creado en agosto de 1993) llevaron a un crecimiento de la inflación del 757 % durante el primer semestre de 1994, un 43 % de media mensual.
Tras la implantación del Real, el Gobierno brasileño consiguió atajar esa escalada y durante el segundo semestre de 1994, con la nueva moneda ya en circulación, la inflación fue del 18,6 %, lo que supuso una media mensual del 2,9 %.
Impulsado por el entonces Presidente de Brasil, Itamar Franco, y el exministro de Hacienda, Fernando Henrique Cardoso, el nacimiento del Real se enmarcó dentro de un paquete de medidas denominado Plano Real (Plan Real).
Entre las medidas tomadas destacó la creación de una unidad de cuenta y referencia de valores, la Unidad Real de Valor (URV) que sirvió posteriormente como base para calcular el precio del Real.
El URV supuso también un proceso de dolarización de la economía brasileña, ya que su valor se correspondía con el de la moneda estadounidense.
Sin embargo esta adaptación no supuso para Brasil renunciar a una parte de su soberanía, ya que pese a contar con una unidad de cambio que tenía el precio del dólar, el país suramericano mantuvo su propia moneda nacional.
Este mecanismo sirvió para uniformizar todos los reajustes de precios, de cambio y de los salarios de forma desvinculada con el Cruzeiro Real, con el que coexistió durante dos meses.
De este modo no fueron necesarias medidas de choque como las tomadas en planes económicos anteriores y que tenían un impacto mayor sobre la población.
El plan permitió que se completase la transición de monedas sin entrar en un periodo de congelamiento de precios y permitió que se uniformizasen todos los reajustes de precios, de cambio y de los salarios sin tener como base el Cruzeiro Real.
