En concreto, Janot se reunirá, acompañado del secretario de Cooperación Internacional, Vladimir Aras, con representantes del Ministerio Público Financiero y la ministra de Justicia de Francia, Christiane Taubira, quien se encuentra en posesión de los documentos cedidos por el exempleado de la filial suiza del banco HSBC, Hervé Falciani.
Según la filtración de Swissleaks, al menos 6.600 ciudadanos brasileños mantenían 8.600 cuentas en la sucursal de la entidad en Ginebra, aprovechando la condición no oficial de paraíso fiscal de la Confederación Helvética.
"Ya existió un intercambio de datos entre Francia y Brasil a nivel tributario", declaró Janot con motivo de su viaje a París.
El fiscal general de Brasil agregó que "la Hacienda de Brasil viene trabajando los datos minuciosamente, queremos negociar que Francia nos permita el acceso a esos datos secretos para facilitarnos el trabajo en Brasil".
Como explicó Janot, el objetivo de la investigación "no es que un brasileño puede tener una cuenta en el exterior", sino comprobar que las cuentas en la filial del HSBC "no sean de procedencia ilícita", y añadió "no me interesan las cuentas de personas físicas, que declaran con el propio nombre, sino lo que me preocupa son las de personas jurídicas, de 'offshores', las que pueden indicar algún tipo de circulación ilícita de capitales".
Dentro del escándalo de Swissleaks, revelado en 2008 por el ingeniero de sistemas italo-francés del HSBC Hervé Falciani, Brasil ocupó la cuarta posición (tras Suiza, Francia y Reino Unido) entre los países con más cuentas en la filial de Ginebra, con un total de 7.000 millones de dólares movilizados solamente en el periodo investigado, entre 2006 y 2007.