Anteriormente, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos puso en marcha una investigación a raíz de las pruebas recogidas en torno a la empresa de marketing Traffic, cuyo presidente, J. Hawilla —quien pactó entregar 151 millones de dólares a la Justicia estadounidense a cambio de su libertad- habría recibido los derechos de explotación del Mundial de Brasil 2014.
En concreto, Hawilla se reunió en abril de 2014 en Miami —siempre según la versión de la Justicia estadounidense- con el entonces presidente de la CBF y acordaron que los sobornos a cambio de los contratos con el Mundial de 2014 debían ser pagados tanto a Teixeira como a Marin y, muy posiblemente también a Del Nero, que por entonces era vicepresidente de la CBF.
La empresa Traffic acordó en 1990 con Teixeira un contrato para la explotación comercial de la imagen de la selección de Brasil, por el cual Hawilla se comprometía a pasar una cantidad fija cada año en el que el contrato se mantuviese en vigor.
Con la llegada de Marin y Del Nero en 2012, así como la celebración del Mundial de Fútbol de Brasil de 2014, se produjo un conflicto sobre quién debería recibir el importe de los sobornos ya que, si bien Teixeira consiguió la celebración del Mundial en Brasil, serían Marin y Del Nero quienes lo organizarían, por lo que finalmente todos ellos habrían recibido una parte proporcional de los sobornos.
Según los datos del FBI, el importe de tales sobornos alcanzaría los 2 millones de reales (unos 63.000 dólares) anuales hasta 2022 y sería aportado en un 50% por Traffic y otro 50% por la empresa Kefler, propiedad del expresidente del club de fútbol Flamengo, Kleber Leite, y cuyas transferencias habrían sido registradas a través de cuentas pertenecientes a empresas pantalla en Londres y Miami.
Aunque en los papeles del Departamento de Justicia los nombres del expresidente y actual presidente aparecen como "co-conspirador11" y "co-conspirador12", las cronologías de la investigación apuntan directamente tanto a Teixeira como a Del Nero.
La Policía Federal de Brasil estaría investigando actualmente la vinculación de la empresa Kefler con la red de corrupción en torno a la CBF, por lo que no se descarta que en los próximos días se produzcan detenciones y registros de las sedes de las empresas, como ocurrió con la sede de Kefler en Río de Janeiro este miércoles, y de la propia CBF.
De hecho, el edificio de la CBF habría eliminado a estas alturas el nombre de José Maria Marin de su entrada, un homenaje al presidente que inauguró la lujosa sede en el barrio olímpico de Barra da Tijuca, en el oeste de Río de Janeiro.