Los líderes se reunieron el lunes en Nueva York por primera vez en dos años para debatir los conflictos en Siria y Ucrania.
Las relaciones entre ambas naciones, explicó, se encuentran ahora en su punto más bajo, muy cerca del nivel de la guerra fría y para reanimarlas se requiere mucho tiempo.
El experto ha atribuido además el deterioro de los lazos a la situación en Ucrania y al caso de Edward Snowden, quien destapó los programas secretos de espionaje masivo de Washington.
"En torno a Ucrania todo es contradictorio. Ello se debe a los diferentes enfoques de EEUU y Rusia respecto a la posición de Kiev y de Donbás", ha subrayado.
Los estadounidenses, sostuvo, creen que las milicias de Donbás son una marioneta de Rusia, cuando no lo son.
"Lamentablemente Putin no ha sabido explicar a Occidente que las posibilidades de Rusia de presionar a Donetsk y Lugansk son muy limitadas", ha remarcado el politólogo.
Al concluir las conversaciones con Obama, Putin dijo a los periodistas que Moscú mantendría la ayuda al presidente sirio Bashar Asad en la lucha contra el EI, pero no se iba a implicar en una operación terrestre contra los extremistas.
Además el presidente apuntó que los militares rusos y estadounidenses establecerán contacto para evitar incidentes en Siria, mientras que en Ucrania el papel de EEUU era muy activo, ya que "estaban detrás de Kiev".
El diálogo que se llevó a cabo al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, duró una hora y media, en lugar de los 50 minutos planificados, y significó la reanudación de los contactos al máximo nivel, aunque no se haya traducido en avances en la solución de los problemas regionales más agudos.