"Quiero vivir en un país de Europa, no en un país árabe", declaró Saga al Dulmaimi, la expareja del Emir del Estado Islámico (Daesh en árabe, organización terrorista proscrita en Rusia y otros países) en su entrevista a la cadena sueca Expressen TV.
"Ella —la niña— tiene el desastre de todo el mundo sobre sus hombros. Pero, si su madre estuvo casada con un terrorista. ¿Qué culpa tiene la pequeña?", declaró Saga.
Acerca de su propio destino afirma: "Tenga la marca de ser una terrorista, pero estoy muy lejos de todo esto".
"Si quisiera vivir con él, viviría como una princesa, pero no quiero dinero", insistió la mujer a quien el terrorista pretendió recuperar en varias ocasiones después del divorcio oficial.
En 2014, Saga fue arrestada al intentar cruzar la frontera de Líbano. "Soy una mujer que ha pasado por mucho, hasta tuve que sufrir en prisión".
La mujer se asombra de la conversión de su antigua pareja en la mente maestra detrás del terrorismo internacional. "Me casé con un hombre normal, un lector universitario", asegura. "Era un hombre de familia".
Lo que le inquietaba era la primera esposa de Baghdadi. Le resultó difícil integrarse en una familia bien formada y con hijos: "Es difícil para dos mujeres vivir juntas".
Sin embargo, el motivo fundamental de la separación fue la falta de contacto entre ella y su esposo: "Era grande. Un padre ideal para los hijos. Era un profesor, y se sabe como son los profesores. Sabía llevarse con los niños, pero no con la madre".
En cuanto al carácter de Baghdadi, lo percibía como "una persona enigmática" e inaccesible para su cónyuge.
A lo largo de su trayectoria en Daesh, ha capturado y violado a mujeres sistemáticamente.
Su voz fue escuchada por última vez en diciembre de 2015, en un mensaje de audio de 24 minutos, en el que alegó que el Estado Islámico estaba "prosperando", a pesar de las fuerzas internacionales dirigidas contra su organización.