"Son unas 15 aerolíneas", dijo a periodistas al añadir que se trata de los mismos operadores que realizaban los vuelos chárter y "quieren seguir volando a Turquía".
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco abatiera el 24 de noviembre de 2015 un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear instalaciones terroristas en Siria, lo que el presidente Vladímir Putin calificó como una "puñalada por la espalda" ordenando al Gobierno imponer restricciones económicas a Turquía.
La tensión empezó a amainar a finales de junio pasado, después de que el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, se disculpara por el derribo del avión, cumpliendo una de las condiciones de Rusia para la normalización de las relaciones.
En una conversación telefónica, Putin y Erdogan acordaron proceder al restablecimiento de la cooperación.
El líder ruso levantó la prohibición a la venta de paquetes turísticos y vuelos chárter a Turquía y pidió al Gobierno intensificar los contactos para cancelar gradualmente las demás restricciones.