Bóndarev se mostró convencido de que el fuselaje será localizado en el fondo, y entonces será posible recuperar los registradores de vuelo.
"Sabemos dónde se encuentran, en la cola, y estoy seguro de que la cola es la que sufrió el menor daño", declaró el general a los periodistas.
En la mañana del 25 de diciembre, un Tu-154 del Ministerio de Defensa ruso que partió de Moscú con destino a Latakia, Siria, cayó en el mar Negro, a unos seis kilómetros de la costa, poco después de despegar del aeropuerto de Sochi donde hizo una escala para repostar.
A bordo de la aeronave se encontraban ocho tripulantes y 84 pasajeros, en su mayoría, integrantes del Conjunto de Canto y Danza Alexándrov del Ejército ruso que se dirigían a Siria para dar un concierto ante los militares emplazados en la base de Hmeymim.
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Entre los pasajeros estaban también nueve periodistas y una famosa defensora de DDHH y activista humanitaria Elizaveta Glinka.
No hubo supervivientes en el accidente que, de acuerdo con las primeras hipótesis, sería resultado de un fallo técnico o un error del piloto. Un atentado terrorista no se baraja entre las hipótesis prioritarias.
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró el lunes 26 de diciembre día de duelo nacional por la catástrofe.