Está previsto sepultar en la zona de exclusión los desechos reciclados de las centrales nucleares ucranianas, que proporcionan entre el 40% y el 60% del total de la energía consumida en el país. Al mismo tiempo, Kiev aumentará las compras de combustible estadounidense para sus plantas nucleares.
El concepto de construcción presentado por Holtec fue aprobado por el Gobierno ucraniano en junio de 2017.
Los expertos rusos consideran que el nuevo proyecto, según el cual los desechos nucleares se colocan en contenedores en la superficie de la tierra, es un experimento peligroso.
El problema de los desechos nucleares es muy importante para Ucrania. En la planta de Chernóbil ya se han acumulado cerca de 20.000 metros cúbicos de desechos radiactivos líquidos. Otras centrales nucleares también registran escasez de instalaciones de almacenamiento. Por ejemplo, en 2016, la planta de Jmelnitski se llenó de residuos reciclados hasta un 90,4% de su capacidad.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 24 мая 2016 г.
Hasta ahora, Ucrania exporta sus desechos nucleares al exterior, y no a EEUU precisamente, sino a Rusia. Kiev debe pagar a Rusia 200 millones de dólares anualmente por los servicios de procesamiento y almacenamiento de dichos residuos.
Según una fuente de RT en la administración presidencial ucraniana, Petró Poroshenko se opone a la ruptura de las relaciones diplomáticas con Rusia, también por temor a que el país tenga problemas a la hora de exportar sus desechos nucleares.