El 11 de marzo Macron dio por concluida su visita al país que antaño fuese colonia francesa, Yibuti. El 12, su gira africana lo llevó a Etiopía, desde donde se desplazará a Kenia. Las visitas de Macron al Cuerno de África coinciden con los comentarios vertidos por la presidenta del Comité para Asuntos Exteriores del Parlamento francés, Marielle de Sarnez.
Sarnez avisó de que era urgente y necesario reforzar la presencia económica, cultural y militar de Francia en Yibuti. De lo contrario, dijo, el país galo se arriesgaba a perderla teniendo en cuenta la creciente influencia de China en la antigua colonia francesa.
Sus palabras no se apartan demasiado de las dichas por el propio presidente de Yibuti, Ismail Omar Guelleh, a propósito de la visita del líder galo. Fue una crítica, no un elogio, al país cuyo idioma es hoy en día oficial en el Estado que gobierna. Los franceses abandonaron hace tiempo al país dijo, y hoy en día invierten muy poco dinero en él.
Wang Yiwei, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de la República Popular China, recuerda a Sputnik que en 1844 se construyó en Yibuti un puerto para que atracasen los buques de guerra galos y, que, desde entonces, el país africano "es uno de los más pobres del mundo con una esperanza de vida de 39 años". Sitúa al otro lado a China. El gigante asiático está convirtiendo Yibuti en una zona en desarrollo; en una zona de libre comercio.
Que Francia haya perdido su capacidad de competir en el pequeño país africano lo ha sabido aprovechar China. Ha levantado una base militar al lado de una francesa y otra estadounidense y ha modernizado la red ferroviaria que conectaba la república africana con Kenia a través de Etiopía, construida en los tiempos de la dominación francesa. Pekín moderniza sus puertos, su infraestructura hotelera y el sector turístico.
Etiopía, a donde Macron también se desplazará, ya fue destino a principios de enero del ministro de Exteriores chino, Wang Yi. Ya había estado en territorio etíope a mediados de 2017. Por esas fechas se levantó la base militar china en el país y se comenzó a trabajar en la ruta férrea entre Yibuti y la capital etíope, Adís Adeda.
"Ante esta situación, a los franceses les resulta imposible competir con China. No le pueden disputar ni la capacidad de acción ni la reputación de la que gozan los chinos en la región", señala Nikolái Sherbakov, del Centro de Investigación sobre África del Instituto de Historia Mundial de la Academia de Ciencias de Rusia.
Tema relacionado: China inicia construcción de un centro naval militar logístico en Yibuti