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Los brasileños creen que la inflación superará el límite del 6,5% previsto por el Gobierno

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Los consumidores brasileños esperan que los precios aumenten un 7,2% en los próximos doce meses, por encima del límite establecido por el Gobierno del 6,5% según un estudio divulgado este viernes por la Fundación Getulio Vargas (FGV).

Los consumidores brasileños esperan que los precios aumenten un 7,2% en los próximos doce meses, por encima del límite establecido por el Gobierno del 6,5% según un estudio divulgado este viernes por la Fundación Getulio Vargas (FGV).

Así se desprende del Indicador de Expectativa de Inflación de agosto de la FGV, principal centro privado de investigación económica de Brasil y que publica este informe de manera mensual.

El dato de este mes coincide con el de julio (7,2%) y representa un ligero descenso frente al 7,4% de inflación prevista por los brasileños en junio.

No obstante, el aumento de precios pronosticado por los consumidores para los próximos doce meses se mantiene por encima de la línea roja del 6,5% de inflación prevista por el Ejecutivo de Dilma Rousseff para 2014.

El Indicador de Expectativa de Inflación forma parte del Sondeo del Consumidor de la Fundación Getulio Vargas a partir de 2.100 cuestionarios realizados en Río de Janeiro, São Paulo, Brasilia y otras cuatro capitales brasileñas.

Los precios aumentaron un 6,5% durante el primer semestre de 2014 y se situaron en el máximo fijado por el Gobierno para este año, según el dato de inflación oficial (IPCA) elaborado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.

Este lunes los analistas del Banco Central redujeron su previsión para la inflación en 2014 al 6,25% y rebajaron la estimación de crecimiento económico por duodécima semana consecutiva hasta situarla en el 0,97%.

Dos días después de conocerse estas proyecciones, el Banco Central de Brasil anunció una inyección de 45.000 millones de reales (aproximadamente 20.500 millones de dólares) como medida para facilitar el acceso a crédito y dinamizar la situación económica.

El deterioro del poder adquisitivo de los brasileños debido al aumento de precios y la caída del crecimiento económico son dos de las principales bazas electorales de los aspirantes a la presidencia de Brasil, que esgrimen el deterioro de la situación económica del país como argumento para impedir la reelección en las elecciones generales de octubre de la presidenta y favorita en los sondeos Dilma Rousseff.

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