La exposición ´El teatro de vanguardia ruso: guerra, revolución y diseño entre 1913 y 1933´ reúne en el Museo Victoria & Albert (V&A) de Londres una importante selección de la colección del Museo Estatal Central de Teatro Bakhrushin y algunas obras estelares del Museo Estatal de Teatro y Música de San Petersburgo.
La muestra incluye más de 150 diseños radicales de 46 artistas -más algunos anónimos- de un periodo excepcional en las artes escénicas de la antigua Unión Soviética. Está programada hasta el 25 de enero pero es probable que esta fecha se prolongue, según adelanta a Nóvosti la encargada de la colección teatral del V&A, Kate Bailey.
"Es un proyecto único y fascinante. Tres meses no es suficiente", señala Bailey mientras recorre la exposición que avanza en espiral por estrechos pasillos y salas centrales de las galerías de la tercera planta del museo.
Las imágenes y maquetas expuestas se completan con proyecciones de actuaciones y una banda sonora con extractos de partituras originales y canciones populares que se ha montado especialmente para la ocasión.
Bailey explica los objetivos que han guiado esta colaboración entre el V&A y el Bakhrushin: "mostrar la amplia variedad de la colección rusa del periodo, con artistas de ambos géneros e incluyendo obras que nunca se han visto en Reino Unido".
"Además", añade la comisaria, "quise asegurarme de la relevancia contemporánea de los diseños. Estas imágenes son fascinantes particularmente para artistas, profesionales y estudiantes de diseño teatral, ya sea vestuario o escenografía. Siento con pasión que debemos despertar a los jóvenes diseñadores a esta forma experimental de crear imágenes que sigue tan relevante hoy como hace un siglo".
"Es fácil imaginar estos diseños en un escenario o a Lady Gaga luciendo un vestuario de los que exhibimos en la exposición. Ideas que se ven en las giras por los grandes estadios provienen de estos trabajos originales", advierte Bailey.
Diseños de artistas de renombre internacional- desde Malevich a Rodchenko, Tatlin o el cineasta Eisenstein- se funden con obras de creadores menos conocidos en Europa occidental- entre ellos, el colectivo Blue Blouse- en una explosión de color, forma y atrevidas composiciones impregnadas de movimiento y energía.
"Experimentaron con el espacio, la luz, el movimiento y el sonido para crear estas extraordinarias nuevas imágenes de lo que ahora definimos como ´avant-garde´", resalta la responsable del V&A en una entrevista con esta agencia.
La colaboración entre exponentes de distintas disciplinas no sorprendió a Bailey tanto como el protagonismo de la mujer en las producciones de la época, que descubrió en su visita al Bakhrushin. Cerca de la mitad de los diseños exhibidos en Londres los firman artistas femeninas, entre las que sobresalen Alexandra Exter, Varvara Stepanova y Liubov Popova.
"En esa época, a las mujeres de Reino Unido no se les permitía experimentar con grandes ideas. Pintaban acuarelas, paisajes… En producciones teatrales rellenaban el fondo de un escenario siguiendo el diseño creado por un hombre", compara.
La exposición ilustra cómo el teatro fue eco del mensaje bolchevique. "Los momentos creativos surgen con frecuencia de la lucha del artista, ya sea personal o social. Estos artistas lideraban la revolución y sus trabajos tienen un significado y una misión que a su vez los impregnan de energía y poder", sostiene la comisaria.
La colaboración de ambos museos es bidireccional. Las artes escénicas rusas han desembarcado en Londres y el genio del teatro inglés ha emprendido rumbo a Moscú. Una exposición fotográfica centrada en Shakespeare se inaugura la semana próxima (30 de octubre) en el Bakhhrushin.
Los dos eventos forman parte del programa UK-Rusia Año de la Cultura y se gestaron en 2012. El V&A está al tanto de las tensiones de los últimos meses entre los gobiernos de ambos países pero, como afirma Bailey, "es importante continuar el diálogo cultural entre nuestros museos".
