Un total de 10.035 personas fallecieron y otras 17.443 fueron declaradas desaparecidas a causa del devastador terremoto y tsunami en Japón, según el último balance policial, citado por la cadena NHK.
Un terremoto de 9 grados de magnitud sacudió el pasado 11 de marzo la costa nordeste de Japón y causó un tsunami con olas de más de 10 metros.
El temblor provocó una situación de emergencia en las centrales nucleares de Fukushima-1 y Fukushima-2 donde los fallos del sistema de refrigeración originaron incendios y explosiones en varios reactores con las subsiguientes fugas de radiación.
Las autoridades evacuaron a la población en un radio de 20 kilómetros en torno a las plantas y prohibieron los vuelos en un perímetro de 30 kilómetros.
Poco después se reportó sobre la contaminación radiactiva del aire, el agua potable y los productos alimenticios.
Durante los trabajos de emergencia en la planta averiada diecisiete trabajadores recibieron altas dosis de radiación, más de 100 milisievert por hora. De ellos tres operarios se expusieron a dosis entre 173 y 180 milisievert por hora. Dos técnicos fueron ingresados en hospital tras caer sobre su piel un material radiactivo.
