Las causas del accidente del avión de la aerolínea TransAsia Airways que provocó ayer 48 muertos en Taiwán siguen siendo desconocidas.
La compañía ha apuntado al mal tiempo, mientras el Gobierno de la isla lo ha negado. Un tifón había asolado la isla en las primeras horas del día pero ya se dirigía hacia China cuando se produjo el accidente y la fuerza de la tormenta había disminuido.
Las autoridades de la asociación aérea civil han asegurado que las condiciones meteorológicas eran apropiadas.
“Hubo siete vuelos en la misma ruta entre las 14.00 hora taiwanesa (06.00 GMT) y las 19.00 (11.00 GMT) y sólo se estrelló el de TransAsia”, ha dicho este jueves Jean Shen, director de la Administración de Aeronáutica Civil.
El accidente se produjo cuando el avión, en su segundo intento de aterrizaje durante una tormenta eléctrica, cayó cerca de la pista. Los controladores aéreos habían juzgado la víspera que las malas condiciones climatológicas estaban dentro de las permitidas por la normativa internacional para las maniobras del aterrizaje y que la visibilidad en esos momentos llegaba a los 1.600 metros.
“Las informaciones sobre el tiempo enseñan que todo estaba bien. En este momento aun no podemos decir qué falló”, ha continuado Shen, quien ha anunciado que la investigación sobre el accidente terminará en un plazo inferior a un año. Las autoridades han empezado a examinar el contenido de las dos cajas negras.
Lee Wan-lee, portavoz de la organización, no fue tan tajante. “Aunque hubiera mal tiempo, la decisión de aterrizar era de los pilotos. Está confirmado que antes de la maniobra, los pilotos volaron en círculos, pero la causa está aún por determinar”. Hasta ahora caben todas las posibilidades: mal tiempo, error humano o fallo del avión.
La versión de la aerolínea es contraria. Las tormentas que siguieron la estela del tifón son las culpables del accidente, aseguró TransAsia.
Uno de los 10 supervivientes del accidente y cinco de los ciudadanos heridos en el terreno han recibido el alta hospitalaria, ha informado la aerolínea. El avión dañó ocho viviendas en su caída.
El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, pidió un minuto de silencio y aseguró que era “un día muy triste en la historia de la aviación” nacional. Su homólogo chino, Xi Jinping, declaró sentirse “profundamente apenado”.
El vuelo había despegado desde Kaohsiung (sur del país) en dirección a la isla de Makong pero hubo de intentar el aterrizaje forzoso en Huxi, la mayor isla del archipiélago Pescadores.
