El incendio en los depósitos de petróleo de Trípoli, capital de Libia, puede tener consecuencias graves para la ecología del país, considera el representante de la asociación rusa “Patrulla verde” Román Pukálov.
El sábado por la noche un misil alcanzó un depósito con unos seis millones de litros de carburante que se encuentra en la carretera que lleva al aeropuerto de Trípoli. Durante las últimas semanas en esa zona se registran fuertes combates entre diferentes grupos armados que provocaran la muerte de decenas de personas.
“Este incendio puede tener consecuencias muy graves, semejantes a las del incendio que ocurrió en Rusia en los años noventas, que acabó con la planta petroquímica de Angarsk (Siberia)”, comentó este lunes Pukalov.
El siniestro produjo una fuerte contaminación de los suelos y el agua en el radio de uno a cinco kilómetros, y una situación similar podría tener lugar en Libia, añadió el experto. Además, puede esperarse una fuerte polución del aire a unos 100 kilómetros a la redonda.
Según los datos de la empresa National Oil, los depósitos incendiados almacenan en total unos 90 millones de litros de gas y de derivados de petróleo.
Los libios no poseen tecnologías modernas de extinción del fuego, ni aviones especiales, sin los cuales es imposible apagar un incendio de esta envergadura. Las brigadas de bomberos que luchan en el lugar no logran sofocar las llamas. El Ministerio de Gas y Petróleo de Libia llamó a la población a abandonar la zona de la catástrofe.
Un portavoz del Ministerio de Emergencias ruso informó que la situación podría estabilizarse si se usaran aviones tanqueros capaces de transportar grandes volúmenes de agua.
“Por ejemplo, la aviación se utilizó en 1999 para apagar el incendio producido después de un fuerte terremoto en la costa norte del mar Negro, en la planta petroquímica de la ciudad turca de Izmit”, dijo el especialista.
Entonces, aviones rusos Il-76TD y -76TD y Yak-42 que contaban con el apoyo del Gobierno de Turquía, lograron extinguir el fuego rápidamente.
La situación reinante en Libia, después de la caída del régimen de Muamar Gadafi dificulta el trabajo de los bomberos y la eventual participación de otros países que disponen de aviones especializados.
Los grupos que operan en diferentes regiones libias están armados mejor que la policía y consiguieron tomar el poder e imponer sus leyes en muchas localidades del país.
