La modernización de la red de gasoductos ucranianos es una prioridad para la Unión Europea (UE), declaró el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, quien se reunión hoy en Bruselas con el vicepresidente primero del Gobierno de Ucrania, Andrei Kliuev.
“Günther Oettinger reafirmó que la modernización de los gasoductos ucranianos continúa siendo una prioridad para la UE, teniendo en cuenta, en particular, que sería más viable económicamente que la construcción de una nueva infraestructura”, dice un comunicado del gabinete del viceprimer ministro.
Según el documento, el encuentro entre Oettinger y Kliuev se centró en los preparativos para la ejecución práctica de los proyectos de modernización de la red de gasoductos ucranianos.
A través del territorio ucraniano, se exporta un 80% del gas ruso destinado para el consumidor europeo. No obstante, Ucrania podría dejar de ser el principal país de tránsito de gas tras la puesta en marcha de los gasoductos Nord Stream y South Stream.
Kiev propuso a Rusia y la UE participar en la modernización de la red de gasoductos ucranianos, argumentando que sería más económico que tender el South Stream eludiendo el territorio ucranio. Por su parte, el Gobierno ruso afirma seguir interesado en los gasoductos ucranianos, pero rechaza abandonar la construcción de nuevas rutas de exportación para su gas.
El proyecto South Stream (Corriente Sur) prevé el tendido de un gasoducto desde Rusia a países de Europa del Sur y Central a través del mar Negro. Adquirió una importancia especial tras la llamada “guerra de gas” ocurrida entre Rusia y Ucrania a finales de 2008 y comienzos de 2009, por la que miles de consumidores europeos se quedaron sin el gas ruso durante casi un mes.
El pasado mes de abril, el ministro ucraniano de Energía y Minería de Carbón, Yuri Boiko, dijo qie el proyecto South Stream es una amenaza a la seguridad nacional de su país, y pidió modernizar los gasoductos ucranianos.
Por su parte, el Nord Stream (Corriente Norte) supondrá una ruta de exportación totalmente nueva para el gas ruso que tendrá 1.220 kilómetros de longitud y transcurrirá por el fondo del mar Báltico uniendo las ciudades de Víborg (Rusia) y Greifswald (Alemania).
