Rusia amplió esta semana, con el lanzamiento técnico de la primera línea del gasoducto transbáltico Nord Stream, su autonomía respecto a Ucrania en la exportación del gas a Europa y dará otro paso en la misma dirección el 16 de septiembre, con la firma de un acuerdo acerca del gasoducto South Stream, en el mar Negro.
Cuando ambas tuberías alcancen la capacidad proyectada, de 55 y 63 mil millones de metros cúbicos al año respectivamente, Ucrania perderá su condición de transportista exclusiva del gas ruso. Moscú ya manifestó la esperanza de que sus relaciones con Kiev suban a un nuevo nivel a la luz de los recientes avances. La parte ucraniana, entretanto, insiste en la revisión de sus contratos de gas con el monopolio gasista ruso Gazprom.
El primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, quien asistió ayer a la ceremonia del lanzamiento técnico de Nord Stream, activó la entrada del gas tecnológico en la tubería desde un panel de control en la estación de bombeo Portovaya, y, según observó un periodista, le quitó en un clic a Ucrania sus privilegios de transportista exclusivo.
El jefe del Gobierno ruso expresó la confianza de que las relaciones entre Moscú y Kiev en materia del gas tendrán un carácter más civilizado en el futuro. Las disputas ruso-ucranianas acerca de las tarifas del gas provocaron en dos ocasiones cortes en el suministro de ese hidrocarburo a Europa: en el linde de 2005-2006 y a principios de 2009.
En un posterior encuentro con el jefe de Gazprom, Alexei Miller, Putin recordó que Rusia ya concedió a Ucrania subvenciones por valor total de cuatro mil millones de dólares para la compra del gas. Según Miller, “da la impresión de que Ucrania ha subido al tren del gas barato de Rusia y no sabe dónde bajar”. “Puede llegar lejos así, si no a un callejón sin salida”, dijo.
La primera línea de Nord Stream, cuya capacidad anual alcanza 27,5 mil millones de metros cúbicos, podría ponerse en marcha hacia octubre aunque la inauguración oficial se pospondrá probablemente para el mes siguiente, de cara a la visita del presidente Dmitri Medvédev a Alemania.
Paralelamente se vislumbran avances en el proyecto South Stream, gasoducto subacuático en el mar Negro que también contribuirá a diversificar las rutas de exportación del gas ruso.
El jefe de Gazprom, Alexei Miller, declaró ayer que su empresa y otros accionistas del proyecto – la italiana Eni, la alemana Wintershall y la francesa EDF – planean firmar un convenio el próximo 16 de septiembre. Gazprom tendrá una participación del 50% en esa obra; Eni, el 20%, y los otros dos accionistas, el 15% cada cual. Miller reafirmó que la construcción empezará en 2013, la primera de las cuatro líneas se hará operativa en diciembre de 2015, y la última, hacia 2018.
En enero-agosto de 2011, Gazprom aumentó en 26 mil millones de metros cúbicos sus exportaciones del gas y planea cerrar el año con un resultado de 155-158 mil millones de metros cúbicos. Un 80% del volumen que vende a Europa es transportado hoy en día a través de Ucrania cuya red de gasoductos – de 37.600 Km de extensión - es la segunda del continente europeo y una de las mayores del mundo.
