Más de un millón de trabajadores del sector público se han lanzado a la calle y han participado en las 50 manifestaciones en la mayor jornada de protesta contra los recortes del Gobierno Cameron en los últimos cuatro años.
La mayoría de los colegios públicos de Inglaterra y Gales han cerrado sus puertas en la huelga de los profesores por los despidos masivos y las congelaciones de salarios y pensiones.
Bomberos, recogedores de basura, trabajadores sociales, bibliotecarios y enfermeras han unido su voces en la convocatorias respaldadas por decenas de sindicatos. Dave Prentis, secretario de Unison, el mayor sindicato británico, encabezó la manifestación en Londres y rompió una lanza por el deterioro del nivel de vida de los trabajadores públicos durante la era Cameron.
“Tenemos un millón de empleados públicos ganando por debajo del salario mínimo y 300.000 contratos de “cero horas” en los que los trabajadores pierden todos sus derechos”, declaró Preontis. “Ha llegado el momento de decir al Gobierno: ya hemos tenido bastante”.
Frances O´Grady, secretaria general de la federación de sindicatos TUC (Trade Union Congress), aseguró que la pérdida media del poder adquisitivo de los funcionarios ha sido de 2.000 libras al año (2.500 euros) por las medidas implantadas por el Gobierno de coalición de conservadores y liberal-demócratas desde el 2010. “Nos han dejado fuera de la recuperación económica”, se lamentó O´Grady.
David Cameron ha interpretado la acción sindical como una prueba de fuerza de cara a las elecciones generales del 2015 y ha prometido que el próximo “manifiesto conservador” incluirá restricciones para evitar que el derecho de huelga se utilice como “arma política”.
