El grupo británico BP estudia el último paquete de sanciones aprobado la noche del martes en Bruselas pero advierte que el régimen sancionador no ha afectado “desfavorablemente” sus operaciones.
“No hemos registrado un impacto directo adverso en el negocio de la compañía de momento”, declaró esta mañana a Nóvosti un portavoz del grupo desde su central en Londres.
BP mantiene una participación del 19,75% en el capital de Rosneft, la petrolera rusa que está en el objetivo de las sanciones internacionales desde el pasado julio. Las acciones del grupo británico retrocedieron 0,3% en su cotización a primera hora del miércoles, un descenso inferior al 2,5% registrado al cierre de la bolsa de Londres el día anterior.
“Cumplimos con cualquier tipo de sanciones y seguimos revisando la situación”, señaló el portavoz. Los nuevos controles incluyen la exportación a Rusia de alta tecnología y maquinaria destinada a la industria petrolera, principal sector de Rosneft.
BP advierte sin embargo que no tiene ningún proyecto en marcha en la actualidad de exploración o extracción de crudo que pudiera verse afectado por las sanciones.
El grupo británico también reconoce que “un deterioro futuro de nuestra relación con Rosneft o el impacto de más sanciones económicas podría impactar adversamente en nuestro negocio y objetivos estratégicos en Rusia”.
Es un riesgo en un largo listado de potenciales situaciones –incluidos el derrame en el Golfo de México, de 2010, la inestabilidad política en distintas zonas geográficas o el cambio climático– que BP recoge en su último informe financiero.
