El presidente de México, Enrique Peña, promulgó, con un plan de diez acciones de corto plazo, las leyes de una histórica reforma energética, que por primera vez desde 1938 abre la industria petrolera mexicana a la inversión privada, en un acto solemne en el Palacio Nacional.
“Estas 10 acciones se llevarán a cabo en el corto plazo, demostrando, con hechos, mi compromiso de poner, de inmediato en acción, la Reforma Energética”, dijo ayer el mandatario en su discurso, luego de un proceso legislativo que duró 100 días.
Con las leyes que dan vigencia a una reforma de la Constitución lograda en diciembre de 2013, el gobierno espera que México aumentar un punto de su Producto Interno Bruto (PIB) a partir de 2018.
“La reforma energética establece un nuevo modelo de desarrollo y crecimiento para nuestra industria petrolera y eléctrica”, expresó Peña sobre las nueve leyes nuevas y las doce reformadas, que forman el nuevo corpus legal del séptimo país productor mundial de crudo, que fue monopolio estatal durante 76 años.
“Es la mayor reforma económica de los últimos 75 años y es resultado de un esfuerzo conjunto”, dijo a su turno en el Palacio Nacional el líder del Partido Acción Nacional (centroderecha), Gustavo Madero.
Ese partido opositor sumó los votos al gobernante PRI (que regresó al poder en 2012) para lograr la reforma. Es un pacto bipartidista al cual el partido de Peña se negó durante 12 años como oposición, después de perder por primera vez la Presidencia en 71 años, en el 2000.
La primera acción fue adelantar la llamada “Ronda Cero”, mediante la cual la estatal Petróleos Mexicanos (PEMEX) tendrá la prioridad para elegir -antes que los inversores privados-, las áreas de exploración y campos de producción de hidrocarburos. Le ley le permitía a Peña dar ese paso hasta septiembre.
La segunda acción anunciada fue abrir de inmediato la “Ronda Uno”, que consiste en los concursos por los nuevos contratos para exploración y producción de hidrocarburos, para que los inversionistas nacionales y extranjeros, comiencen desde ahora a “participar en la primera ronda de licitaciones, cuyas bases se publicarán en el primer trimestre del próximo año, 2015”, dijo el Presidente.
La tercera acción consiste en emitir los decretos de creación de los centros nacionales de Control de Energía y de Gas Natural, como organismos descentralizados, dijo el mandatario.
La cuarta acción es enviar al Senado las candidaturas para integrar las nuevas comisiones nacionales de Hidrocarburos, y Reguladora de Energía; y de los consejeros independientes de las administraciones de las estatales PEMEX y CFE (electricidad federal).
El quinto paso urgente es crear el Fondo Mexicano del Petróleo; y el sexto será presentará el programa estratégico para la formación de recursos humanos en materia de hidrocarburos.
Todos los reglamentos de la legislación de la Reforma Energética, estarán listos en octubre, como séptimo paso: “De ese modo, se dará tiempo y plena certeza jurídica a las nuevas inversiones en el sector” energético mexicano, dijo Peña
Ese mismo mes de octubre de este año, el Presidente emitirá un decreto de reestructuración y modernización del Instituto Mexicano del Petróleo, “como órgano nacional de investigación y desarrollo de la industria”.
Los dos últimos de los diez pasos urgentes son: emitir en 90 días los lineamientos para la emisión de los certificados de energías limpias y el reglamento de la agencia nacional de Seguridad Industrial y de Protección del Medio Ambiente del sector hidrocarburos.
El secretario de Hacienda (Finanzas), Luis Videgaray, dijo que se trata de “un verdadero cambio de paradigma (…) tras un periodo de transición de 5 años se observará una reducción histórica en el monto de derechos que paga Pemex, cerca de 90 mil millones de pesos anuales”, unos 8.000 millones de dólares cada año.
Hasta la fecha, la estatal Pemex ofrecía más de la tercera parte del presupuesto federal, pero su producción se derrumbó un tercio, de 3,4 millones de barriles diarios en 2004 a 2,47 en 2014; y la importación de gasolina subió de 30 a 50 ciento por la falta de capacidad de refinación.
