El presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, viaja mañana por primera vez a China en una visita con marcado acento económico, pero con la mirada puesta en los retos independentistas de Cataluña.
El presidente catalán, Artur Mas, tiene previsto firmar esta misma semana la convocatoria del referéndum secesionista que el Gobierno de Madrid ya ha anunciado que impugnará.
El dirigente español tuvo que suspender hace un año este viaje a China al alegar problemas de agenda del presidente chino Xi Jinping. Entonces, los tribunales españoles tenían abiertos varios procedimientos contra los líderes chinos por la represión en el Tíbet.
Los dirigentes del país asiático habían mostrado su “malestar” por estas actuaciones. Una reforma de las leyes de la Justicia Universal española logró en junio pasado el archivo de esta causa, aplanando el camino para una mejora de las relaciones bilaterales.
La visita arranca este jueves en Shanghái. Allí el dirigente español mantendrá diversos encuentros con inversores chinos ante los que defenderá las buenas perspectivas de la económica española y las buenas condiciones para las inversiones extranjeras. Rajoy, que viaja con una nutrida delegación económica, se entrevistará con el primer ministro chino, Li Keqiang.
La balanza comercial chino-española tiene un fuerte desequilibrio hacia China. Según el Instituto Nacional de Estadística “las exportaciones españolas a China descendieron un 0,9% y las importaciones aumentaron un 8,6% con respecto al mismo periodo del año anterior”, en los tres primeros meses de 2014.
Esta situación profundiza el desequilibrio de la balanza bilateral, “ya que España exporta a China cuatro veces menos de lo que importa”.
