El padre de una niña de once meses con 16 agujas en su cuerpo ha negado hoy las especulaciones que le acusan de habérselas clavado para asegurar que su próximo descendiente fuese un varón, como apunta una creencia tradicional.
El caso de abuso infantil ha sumido en la perplejidad a China desde que se destapase días atrás y estimulado las discusiones sobre las posibles causas, según el diario Shanghái Daily.
Liu Yuxiang, la madre de la pequeña Zixuan, desveló que ésta había empezado a llorar de forma frecuente meses atrás y que un día, mientras la bañaba, descubrió que tenía cuatro agujas en su cuerpo. La madre se las extrajo y pensó que se las había clavado la niña de forma accidental.
Poco después la llevó a un examen rutinario en un hospital de Liaocheng (provincia costera de Shandong) y los doctores descubrieron que tenía otras doce agujas de coser e hipodérmicas en su cuerpo, muchas de ellas en las nalgas, abdomen y pelvis.
La niña fue remitida al Hospital Infantil de Pekín, donde una doctora aseguró esta semana que las puntas de las agujas estaban quebradas, lo que sugería que quién se las clavó utilizó una gran fuerza.
Algunas están peligrosamente cerca de sus pulmones y riñones. Los doctores han decidido extraerle en una primera operación las tres agujas que más riesgo suponen y dejar las restantes para siguientes ocasiones.
Las investigaciones policiales se concentran en el círculo familiar más cercano de la niña. Su padre, Fan Guangsheng, ha negado hoy al diario Beijing News que la tradicional preferencia por los niños en la cultura china esté detrás de lo sucedido.
Fan ha asegurado que su esposa es estéril y que, en todo caso, no podrían permitirse económicamente tener otro descendiente, y mucho menos a un varón.
"Nuestras costumbres aseguran que los padres tenemos que mantener a los hijos durante toda la vida, incluso comprarles una casa o un coche, lo que supondría un montón de complicaciones", ha asegurado.
Las sospechas se centran en la tía de Zixuan, de 26 años, quien se suicidó ingiriendo pesticida este fin de semana después de haber sido interrogada por la policía, según el diario Qilu Evening News.
El caso recuerda al de Lui Cuifen, una joven que a sus 26 años descubrió que tenía en su cuerpo casi dos docenas de agujas, alguna en su cabeza.
Los familiares sospecharon de sus abuelos, que siempre habían deseado un varón. China presenta el mayor desequilibrio de géneros del mundo debido al mayor valor que se le otorga al varón en zonas rurales del país.
