Un comercio de ropa de Pekín ha encendido las redes sociales al colgar un cartel en la puerta que prohíbe la entrada a los chinos, según la prensa local.
La tienda está situada en Yabao Lu, el corazón del llamado Russiatown, donde vive gran parte de la comunidad rusa en la capital china. En esa zona del céntrico barrio de Chaoyang es habitual que los restaurantes sirvan filetes stroganoff o sopas borsch y los comercios tengan sus rótulos y atiendan en ruso.
El cartel en la entrada de una tienda de ropa señala que "Se prohíbe la entrada a chinos (excepto personal)" y un empleado ha certificado que sólo quieren hacer negocios con extranjeros.
El personal ha explicado que pretenden evitar que otros comerciantes chinos fotografíen sus materiales y les plagien, lo que ya ha ocurrido y les ha obligado a bajar los precios.
Otro empleado ha contado que muchas clientas chinas acostumbran a probarse ropa durante horas sin comprar nada finalmente y en ocasiones insultan al personal.
"Nunca pretendimos menospreciar a nuestros compatriotas, pero a veces van demasiado lejos", ha dicho al diario Beijing Youth Daily.
El desencadenante final del cartel llegó con un hurto la semana pasada, cuando una clienta extranjera a la que le fue sustraído un bolso acusó al personal de complicidad con los ladrones y amenazó con demandarles.
Las cámaras del local demostraron que el ladrón era chino y la tienda pagó 5.000 dólares a la clienta como compensación.
No es la primera vez que locales de Yabao Lu se encuentran en el centro de un escándalo por racismo. Ya en 2003, varias tiendas colgaron carteles que en mandarín prohibían la entrada al lado de otros en ruso que daban la bienvenida.
El suceso ha generado indignación en la red, donde muchos se preguntan si este país sigue siendo China y pedido su clausura inmediata.
El racismo es un asunto muy sensible en China, donde aún duele el recuerdo del colonialismo europeo. Es conocido que los parques de la concesión francesa de Shanghái prohibían la entrada de chinos y perros, aunque algunos historiadores han puesto en duda esos carteles y culpado a la propaganda maoísta de inventarlos.
Pero lo que ha provocado la estupefacción entre los chinos es que sufran el racismo de parte de otros chinos en su propio país.
Varios expertos han comentado la noticia. "Va en contra de los principios de igualdad y justicia y ha herido nuestro orgullo nacional", ha dicho al diario Global Times Liu Junhai, profesor de Derecho en la Universidad Renmin de Pekín.
Para Liu Guofu, profesor de Derecho del Instituto de Tecnología de Pekín, la tienda "ha violado las leyes de protección al consumidor y son discriminatorias hacia los clientes chinos".
"Esto quizá no sea ilegal, pero es extremadamente impropio de acuerdo a criterios culturales", ha añadido Li Xiandong, profesor de la Universidad de Ciencia Política y Derecho de China.
