En una entrevista ofrecida anoche a la cadena de televisión Al-Dunya, el presidente sirio Bashar Asad acusó a Turquía del derramamiento de sangre en el país.
"Turquía tiene la responsabilidad directa del derramamiento de sangre en Siria", dijo Asad citado por la agencia Associated Press.
El presidente también comentó las fugas masivas de altos funcionarios y militares sirios a otros países.
"Estas fugas son algo positivo… Es un proceso de limpieza de la nación, se fugan sólo los malos o los débiles. Los patriotas y la gente buena no se fugan", expresó.
Asad calificó el conflicto en Siria como una "guerra regional y global" y señaló que las tropas sirias necesitan tiempo para ganarla.
Dijo que las fuerzas gubernamentales están mejor armadas pero que los insurgentes destacan por la "tenacidad y creatividad táctica", factores que al conjugarse con una guerra en varios frentes atrasan la "victoria".
Según Associated Press, durante la entrevista Asad se mostró "seguro y relajado" y no dejaba de bromear. Incluso se echó a reír al comentar los rumores sobre su paradero.
"Estoy junto con ustedes en el Palacio Presidencial en Damasco. Ellos no lograron infundir miedo en mi corazón y en los corazones de los sirios", destacó el presidente.
El conflicto en Siria no cesa desde marzo de 2011 y ya causó 17.000 muertos, según datos de la ONU. Los países occidentales y algunos árabes insisten en la destitución del presidente sirio Bashar Asad, sosteniendo que pondría fin a la violencia.
Rusia y China temen que la injerencia extranjera provoque una guerra civil y hasta un conflicto regional. Las autoridades sirias denunciaron que los rebeldes son apoyados desde el exterior.
