El Departamento de Estado de EEUU prestará ayuda a Rusia en sus contactos con las autoridades de Texas para esclarecer el caso de Maxím Kuzmín, un menor de tres años muerto presuntamente a manos de su madre adoptiva estadounidense.
“Continuaremos ayudando a la embajada de Rusia y empleados del consulado para facilitarles la posibilidad de contactar con las autoridades competentes de Texas”, aseguró a RIA Novosti un portavoz de la entidad.
Explicó que la investigación de los casos como el de Maxím Kuzmín es competencia de los Gobiernos de Estados y que el Departamento de Estado solo interviene para mediar entre el país en cuestión y las autoridades locales que tienen la jurisdicción primaria en asuntos relacionados con el bienestar de los menores.
Entretanto, el Servicio de Protección de Menores del Estado de Texas está investigando si el pequeño sufrió malos tratos por parte de su familia adoptiva, afirmó a RIA Novosti un portavoz del organismo. Según el funcionario, el plazo medio de estas investigaciones es de unos 30 días, aunque pueden tardar más si el expediente es remitido a la Policía. En cuanto al caso de Maxím Kuzmín, la investigación correspondería a la oficina de sheriff de la ciudad de Odessa, Texas.
Por su parte, el Comité de Investigación de Rusia anunció este martes que abrió una investigación por la muerte del niño ruso en EEUU y que solicitará en los próximos días la detención de su madre adoptiva. Según un comunicado, la entidad también insistirá en la participación de instructores rusos en la investigación que se lleve a cabo en territorio estadounidense.
La muerte de Maxím Kuzmín fue denunciada la víspera por el Defensor del Menor de Rusia, Pável Astájov. El niño, que recibió el nombre de Max Alan Shatto tras la adopción, murió el pasado 21 de enero en Texas tras sufrir supuestamente una brutal paliza por parte de su nueva madre. Según Astájov, los adoptantes también administraban a su hijo de forma habitual un antipsicótico potente que se usa para tratar la esquizofrenia.
Maxím Kuzmín fue adoptado a mediados de 2012. Antes de la adopción, vivió en el mismo orfanato de la provincia de Pskov (norte de Rusia) que otro niño ruso muerto en EEUU, Dima Yákovlev. Este pequeño de dos años fue adoptado en 2008 por una familia estadounidense y murió tres meses después, cuando su padre lo dejó encerrado en el coche bajo un sol abrasador.
En diciembre pasado Rusia aprobó una ley que prohíbe a los estadounidenses adoptar niños rusos. La norma, que desató la polémica en la sociedad rusa, lleva precisamente el nombre de Dima Yákovlev. El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, atribuyó esta ley a la situación de los niños adoptados en EEUU.
