Israel planea deportar a más de 50.000 inmigrantes eritreos y sudaneses, supuestamente a Uganda aunque la cancillería ugandesa niega la existencia de un acuerdo para absorberlos a cambio de ayuda militar.
El Ministerio del Interior de Israel anunció anoche que próximamente empezarán las deportaciones de inmigrantes ilegales provenientes del África. En su mayoría, son naturales de Eritrea y Sudán que llegaron al territorio israelí a través de Egipto en los últimos ocho años.
El titular del Interior israelí, Gideon Saar, dijo que hay acuerdo con un tercer país africano para absorber a los deportados.
La jefa del comité parlamentario para trabajadores extranjeros, Michal Rozin, señaló en una conversación telefónica con Reuters que el país receptor será Uganda. Agregó que, según los rumores, Kampala aceptó el trato a cambio de dinero y armamento.
El diario israelí Haaretz, por su parte, rehusó especificar el país de acogida pero afirmó que obtendrá a cambio morteros y otros sistemas de artillería, podrá modernizar la Fuerza Aérea y enviar pilotos militares para que estudien en Israel.
La prensa israelí escribe que el Gobierno costearía el traslado aéreo, además de pagar 1.500 dólares a cada inmigrante deportado.
El Ministerio ugandés de Asuntos Exteriores manifestó hoy que no está al tanto de ningún acuerdo con Israel para absorber a inmigrantes eritreos y sudaneses. Uganda jamás cerraría semejante trato, subrayó un portavoz de la cancillería.
