El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, transmitió al embajador canadiense Jamal Khokhar la “indignación” del país latinoamericano con la información sobre presunto espionaje de Canadá contra el Ministerio de Minas y Energía brasileño.
Figueiredo citó al diplomático canadiense “para transmitir la indignación del gobierno brasileño y exigir explicaciones” sobre el espionaje que supuestamente practicó la Agencia de Seguridad en Comunicaciones de Canadá (CSEC), tal y como se desprende de los materiales filtrados por Edward Snowden.
“El canciller brasileño manifestó al embajador canadiense el repudio del gobierno a esa grave e inaceptable violación de la soberanía nacional y de los derechos de personas y empresas”, dice un comunicado del Ministerio de Exteriores brasileño.
Anteriormente, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, encargó a la cancillería obtener explicaciones de Canadá a raíz de la información.
“Es urgente que Estados Unidos y sus aliados abandonen sus acciones de espionaje de una vez por todas”, escribió la mandataria en su canal de Twitter. La vigilancia es “inaceptable entre los países que dicen ser socios”, agregó.
Por su parte, CSEC se abstuvo de comentar la situación porque no ofrece datos sobre “la recogida de datos en el exterior”.
