El acuerdo sobre la destrucción del arsenal químico de Siria es un “complot” que Damasco y Washington orquestaron para que el presidente Bashar Asad permaneciera en el poder, declaró ayer Abdul Kader al Saleh, comandante del grupo rebelde sirio Liwa al Tawhid.
Al Saleh subrayó que la oposición armada siria descarta negociaciones con el Gobierno y aceptará solo el derrocamiento de Asad.
Asimismo, según Al Jazeera, el comandante rebelde atribuyó el reciente rechazo de 13 grupos rebeldes a reconocer la Coalición Nacional de las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS) a su disposición a participar en la conferencia internacional Ginebra 2, que podría celebrarse a mediados de noviembre, y a negociar con el régimen de Asad.
Al Saleh llamó a los rebeldes a “coordinar sus esfuerzos” y subrayó que las discrepancias políticas que existen entre diversos grupos armados no deben “obstaculizar la revolución” en Siria.
Un grupo de 33 expertos de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y la ONU para el desarme llegó a Siria el 1 de octubre. El domingo, día 6, comenzaron las tareas de destrucción del arsenal químico sirio.
La OPAQ anunció la víspera la próxima partida al país árabe de la segunda delegación de sus expertos en desarme.
El lunes, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, propuso lanzar una ampliada misión de la ONU y la OPAQ, integrada por un centenar de expertos que aseguren una total eliminación del programa sirio de armas químicas en menos de un año.
