Moscú está satisfecha con el progreso de la destrucción de las armas químicas en Siria, proceso que “avanza sin contratiempos”, declaró el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
“Lo estamos haciendo todo para que el Gobierno sirio continúe cooperando de buena fe con los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y la ONU”, indicó Lavrov al intervenir anoche en la Cumbre de Asia Oriental en la capital de Brunéi, Bandar Seri Begawan.
Según el jefe de la diplomacia rusa, su país confía en que “aquellos que tienen influencia en distintos grupos opositores”, se muestren firmes para evitar provocaciones por parte de la oposición. Estas provocaciones podrían frustrar el desarme químico, haciendo que vuelva el debate sobre la necesidad de una intervención extranjera, recalcó Lavrov.
Por otro lado, pidió no demorar la organización de la segunda conferencia internacional de paz en Ginebra, cuya celebración Rusia y EEUU propusieron el pasado mes de mayo.
“Es importante que se convoque lo antes posible el foro del que llevamos hablando muchos meses. Cuanto más tardemos en hacerlo, más se afianzarán en Siria los partidarios del islamismo radical, que ya han declarado como objetivo crear una coalición del Sharia y formar un califato en Siria y sus alrededores”, advirtió el ministro ruso, al agregar que discutió los planes para organizar la conferencia con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
Expresó asimismo su preocupación por la situación humanitaria en Siria. El número de refugiados y desplazados sirios ha alcanzado ya los dos y los cuatro millones de personas respectivamente, señaló.
“Los mecanismos formulados por el Consejo de Seguridad se ajustan perfectamente a las normas del derecho humanitario internacional. Creo que el respeto riguroso de estos principios por parte de todas las partes implicadas realmente ayudaría a aliviar el sufrimiento de la población siria”, concluyó Lavrov.
