Solo el 27% de los escoceses quieren independizarse de Gran Bretaña, el mismo porcentaje que antes de la publicación de la “hoja de ruta” del gobierno escocés sobre el futuro de la nación después de la secesión del Reino Unido, escribe hoy The Times.
Según el “libro blanco” de la independencia, Escocia mantendría la libra esterlina y seguiría siendo miembro de la Unión Europea, aunque tendría sus propias fuerzas de defensa e impuestos.
Una reciente encuesta demuestró que el 56% de los escoceses están en contra de la secesión y el 17% todavía no han tomado una decisión al respecto.
Escocia, que firmó el Acta de Unión con Inglaterra en 1707, logró una autonomía parcial en 1997. Desde 1999 su tradicional sistema jurídico propio se completó con un parlamento y un gobierno cuyas funciones, sin embargo, se limitan a los ámbitos de la educación, la cultura, la sanidad, los transportes y la protección del medioambiente.
El referéndum sobre la independencia de Escocia está fijado para el septiembre de 2014. En octubre de 2012, el primer ministro escocés, Alex Salmond, y el primer ministro británico, David Cameron, rubricaron un acuerdo que dio luz verde a la celebración del histórico plebiscito.
