El Gobierno de Corea del Norte reforzó el control fronterizo y envió agentes a China para frenar la huída de sus ciudadanos tras la ejecución del tío de Kim Jong-un, informó hoy la agencia surcoreana Yonhap que cita a un alto funcionario de Seúl.
Según la fuente, Pyongyang puso en alerta máxima a sus guardias a la largo de la frontera con China dándoles la orden de arrestar a todo el que intente desertar del país comunista. Mientras tanto, los agentes destinados al país vecino, el único aliado del régimen, deberán cooperar con la policía china para localizar a norcoreanos fugados de su país.
El medio surcoreano destaca que la medida se produce apenas dos semanas después de la ejecución de Jang Song-thaek, tío del líder norcoreano y hasta hace poco ‘número dos’ del régimen que fue acusado de un intento golpista y condenado a muerte por alta traición en un juicio militar.
Por otro lado, se da la circunstancia de que un gran número de norcoreanos aprovechar la temporada de invierno para huir de su patria comunista. Lo hacen cruzando las aguas congeladas de los ríos fronterizos Duman (Tumen) y Yalu (Amrok). Una vez en territorio chino, se trasladan a Tailandia o Laos, para viajar desde allí a Corea del Sur.
Actualmente, en China se encuentran unos 26.000 desertores norcoreanos. Las autoridades chinas no los reconocen como refugiados y los repatrían con regularidad a su país, donde se enfrentan a castigos severos, dice Yonhap.