Los disturbios en Ucrania pueden considerarse “únicamente” como intento de golpe de Estado, declaró hoy el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov.
“El presidente de Rusia (Vladímir Putin) responsabiliza de la situación en Ucrania a los extremistas plena y totalmente. Consideramos que sus acciones son un intento de golpe de Estado”, declaró el vocero del mandatario ruso.
Según Peskov, Moscú condena la violencia de los radicales que “se aprovecharon de la amnistía para provocar disturbios”.
Además, confirmó que Putin habló ayer por teléfono con su homólogo ucraniano, Víctor Yanukóvich, pero señaló que las informaciones que aparecen en los medios sobre el contenido de la conversación “son un bulo y no corresponden a la realidad”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia declaró por su parte que la ocupación de los edificios y las instituciones públicas por los “gamberros” y los ataques contra los policías y los militares en Ucrania son un intento de usurpar el poder.
La Cancillería rusa condenó también la falta de respuesta de los políticos y los organismos de la UE que “se niegan a reconocer la responsabilidad de la oposición ucraniana por los actos de los radicales”.
Moscú instó a los líderes de las protestas poner fin a la violencia y reanudar el diálogo con las autoridades “sin amenazas ni ultimatos”.
Una nueva oleada de disturbios estalló en Kiev el martes pasado, día de la sesión parlamentaria en la que la oposición exigió restaurar la Constitución del año 2004 y restablecer el sistema parlamentario-presidencial.
Los enfrentamientos callejeros entre los radicales y las fuerzas del orden se saldaron con al menos 25 muertos y centenares de heridos.
