Las acciones de los milicianos en Siria no están orientadas contra objetivos militares sino intentan crear un ambiente de terror en la población, según el informe del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, enviado el lunes a 15 países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidos.
Ban informó que el 11 de marzo tres terroristas suicidas del grupo Estado Islámico de Irak y el Levante provocaron una detonación en la ciudad de Al-Qamishli, en la provincia siria de Al-Hasakah. Cinco personas murieron y ocho resultaron heridas.
“En el área no había objetivos militares. La finalidad del atentado era propagar el terror entre los civiles, infringir el derecho humanitario internacional”, subrayó Ban.
El secretario general indicó que desde el 20 de enero grupos armados dispararon contra localidades en las provincias de Alepo, Damasco, Hama y Hasaka. Ban subrayó que creció el número de atentados con coches bomba en las áreas donde viven civiles.
En particular, el 6 de marzo al menos 15 personas murieron y 12 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba en el distrito armenio de Homs habitado, principalmente, por cristianos y alauitas. Ban recalcó que nadie reivindicó la detonación.
“Condeno determinadamente los continuos bombardeos de artillería de gran calibre, también con el uso de bombas de barril, que las tropas gubernamentales sirias efectúan en distritos residenciales, así como los atentados perpetrados en Siria por grupos extremistas que intentan imponer ideologías radicales en algunas partes del país”, destacó.
También expresó su inquietud por la participación de “individuos y grupos extranjeros” en los combates y llamó a todos los países y organizaciones “cesar inmediatamente el apoyo a la violencia y utilizar su influencia para contribuir a la solución política”.
