Moscú espera que Kiev se abstenga de usar el Ejército contra su propio pueblo, declaró hoy el canciller ruso Serguéi Lavrov.
“Intentaremos conseguir que la situación se tranquilice, que las autoridades de Kiev atiendan a las exigencias de la población del sureste (de Ucrania) y procedan sin dilación a las negociaciones para lograr una distensión en vez de seguir agravando la situación con el uso de la fuerza y sobre todo del Ejército lo que está expresamente prohibido por la legislación ucraniana”, dijo el canciller ruso al término de las negociaciones con su homólogo vietnamita Pham Binh Minh en Hanói.
El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, decretó ayer el inicio de una operación especial en la provincia oriental de Donetsk que, junto con las de Járkov y Lugansk, es desde hace semanas escenario de protestas a favor de la federalización del país.
Se informó de que entre cuatro y varias decenas de personas murieron cuando las fuerzas de seguridad ucranianas lanzaron un operativo para recuperar el control de un aeródromo próximo a las ciudades de Kramatorsk y Slaviansk, situadas a unos 100 kilómetros de Donetsk.
Algunos milicianos denunciaron, en declaraciones a esta agencia, que en el asalto participaron efectivos de la Guardia Nacional de Ucrania pero también mercenarios extranjeros, entre ellos, agentes de la empresa de seguridad estadounidense Blackwater.
