El embajador de Rusia ante Naciones Unidas, Vitali Churkin, no descartó que el envío de un grupo de observadores militares de la OSCE a Slaviansk, en el este de Ucrania, fuese una provocación organizada por las nuevas autoridades de Kiev.
“Fue una provocación o una estupidez”, dijo el diplomático la víspera en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a Ucrania.
Los observadores militares fueron detenidos hace unos días como presuntos espías. Tras negociaciones sostenidas entre los jefes de la misión de la OSCE en Ucrania y líderes de las milicias populares, fue puesto en libertad un oficial sueco que padece diabetes.
“Las autoridades de Kiev que invitaron a estas personas debían asumir la responsabilidad por su seguridad. ¿Cómo fue posible enviar a los huéspedes sin documentación que confirme su estatus a una región controlada por las fuerzas de autodefensa?”, preguntó Churkin.
Al mismo tiempo informó que la parte rusa intenta contribuir a la liberación de los detenidos.
El embajador ruso ante la ONU declaró en la reunión que las autoridades de Kiev no hicieron nada para cumplir los acuerdos de Ginebra del 17 de abril y que Washington no pudo o no quiso persuadirlas que lo hicieran.
“El régimen de Kiev empuja al país a una catástrofe”, afirmó.
En las regiones del este de Ucrania se suceden desde marzo protestas a favor de la federalización. Kiev lanzó una operación especial con participación del Ejército para dispersar las concentraciones de los partidarios de la federalización y atajar lo que considera un “auge del separatismo”.
