Miles de personas en Rusia conmemoran hoy el inicio de la Segunda Guerra Mundial que costó al menos 27 millones de vidas a la antigua Unión Soviética.
A las cuatro de la madrugada del 22 de junio de 1941, la Alemania nazi atacó a la URSS sin previa declaración de guerra.
Esta fecha conmemorativa durante décadas no se ha celebrado oficialmente. Sólo en 1996 el entonces presidente de Rusia, Borís Yeltsin, promulgó la ley que estableció el 22 de junio como Día de la Memoria y Luto.
En Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, hizo hoy ofrenda floral en la tumba del Soldado Desconocido, junto a la muralla del Kremlin, con motivo del aniversario del inicio del conflicto más sangriento en la historia de la humanidad.
El líder ruso aprovechó la ocasión para recordar que la conmemoración que se hace en todo el extinto Estado comunista coincide con un nuevo derramamiento de sangre en una de las antiguas repúblicas soviéticas.
“Muchos años después del inicio de la Segunda Guerra Mundial en el territorio de la antigua Unión Soviética vuelve a derramarse sangre”, dijo Putin, al añadir que Ucrania está viviendo una nueva tragedia de gran envergadura.
Los rusos suelen conmemorar a las víctimas de la invasión alemana con un minuto de silencio. Los creyentes celebran misas conmemorativas encendiendo velas y tocando las campanas.
La ceremonia principal comenzó a las cuatro de la madrugada (01.00 GMT) en la antigua fortaleza de la ciudad fronteriza de Brest, en Bielorrusia, que desde los primeros minutos de la guerra fue blanco de un intenso bombardeo y se convirtió en el lugar donde se desarrolló la primera gran batalla entre las fuerzas soviéticas y la Wehrmacht.
