La creación de un ‘califato’ en el territorio de Irak y Siria tiene como objetivo unir las fuerzas de los extremistas bajo un solo mando y atraer a nuevos partidarios, opinaron los expertos.
El domingo el movimiento suní El Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) que controla vastos territorios en el norte y el este de Siria y el norte y el oeste de Irak, proclamó la creación de un ‘califato islámico’ encabezado por Ibrahim ibn Awad, más conocido como Abu Bakr al Bagdadi, y llamó a todos los musulmanes a prestar juramento al nuevo califa.
El experto del Instituto de Análisis Militar de Oriente Próximo y los Países del Golfo, Teodor Karasik, afirmó que la proclamación del califato garantizará más adeptos al EIIL que “creó el prototipo de un futuro Estado”.
En su opinión, se trata de un evento muy peligroso que determinará el desarrollo de la situación en la región, sobre todo en los países limítrofes.
“Es un desafío, ante todo para Arabia Saudí donde se encuentran los lugares sagrados para los musulmanes y para Irán que es el mayor Estado chií”, indicó el experto.
Mientras, el experto árabe Hasan Abu Haniya señaló que la proclamación de un califato permitirá reunir al mayor número posible de islamistas radicales en el marco de un movimiento.
“Dentro de Al Qaeda y en el seno de diferentes grupos extremistas hay discrepancias y la creación de un ‘Estado islámico’ y la proclamación de un califato obligará a un gran número de ellos a unirse y jurarle lealtad”, declaró en una entrevista a la BBC.
Agregó que el hecho de que del nombre del grupo desapareciera la mención de Siria e Irak indica que tiene la intención de ampliar su influencia a más territorios.
El EIIL que comenzó combatiendo en Siria lanzó en junio una ofensiva contra el norte y el oeste de Irak apoderándose de vastos territorios en pocas semanas. Los suníes iraquíes, descontentos con la política del primer ministro Nuri al Maliki, los exmilitares de Sadam Husein y agrupaciones terroristas locales apoyaron el ataque.
