Descansarán en un valle entre colinas repletas de pinos.
“Rezamos para que hubiera un milagro, pero desafortunadamente se produjo una tragedia”, dijo el presidente israelí saliente, Shimon Peres, en el entierro de los chicos, que tenían 16 y 19 años.
“Actuaremos con mano fuerte hasta que el terror sea erradicado de raíz (…) el terrorismo es un boomerang”, afirmó Peres, ante miles de personas que se agolpaban dentro y fuera del cementerio bajo un sol abrasador.
“Hoy se ha convertido espontáneamente en un día nacional de luto”, señaló el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, en la ceremonia, en la que ha destacado la “sonrisa, ternura y alegría de su juventud”.
Netanyahu elogió a los padres de los chicos por la “fortaleza interna que han demostrado” durante los 18 días en los que sus hijos estuvieron desaparecidos.
Los asistentes al entierro procedían de diversos puntos de Israel y Cisjordania. La mayoría han llegado a la zona del cementerio en centenares de autobuses expresamente fletados para que los que lo desearan, pudieran llegar al cementerio. Sin embargo, para alcanzar la entrada era necesario caminar unos tres kilómetros.
“No conocemos a las familias, pero hemos decidido venir para mostrarles su apoyo y porque esto es una cuestión nacional”, explicó a Nóvosti Ranana, una joven colona que vive en el asentamiento de Shivei Shomron, en Cisjordania.
“A veces, la gente piensa en vengarse, pero no es bueno. Esperamos que el Gobierno y el ejército actúen como tienen que hacerlo y como saben, pero no queremos más sufrimiento ni más dolor para nadie, la sangre solo trae más sangre”, sentenció.
Antes del entierro en Modiin de los tres chicos, que descansan juntos por deseo de sus padres porque murieron juntos, las familias han celebrado ceremonias religiosas separadas en las poblaciones donde viven, a las que han asistido también miles de personas.