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Europa gasta el triple en fortificar sus fronteras que en ayudar a los refugiados

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España es el país de la Unión Europea con mayor diferencia entre el gasto en fortificar sus fronteras y la ayuda que presta a refugiados y desplazados, según Amnistía Internacional.

España es el país de la Unión Europea con mayor diferencia entre el gasto en fortificar sus fronteras y la ayuda que presta a refugiados y desplazados, según Amnistía Internacional.

Entre 2007 y 2013 gastó 9,3 millones de euros de la Unión Europea en asistir a refugiados frente a los 289,4 millones que usó en blindar sus fronteras. A España le siguen Italia y Grecia.

Un informe de Amnistía Internacional publicado hoy sobre inmigración revela que la Unión Europea se gastó en estos siete años cerca de 2.000 millones de euros en fortificar sus fronteras, casi tres veces más que lo que empleó en políticas para proteger a refugiados y solicitantes de asilo, 700 millones entre 2007 y 2013.

El trabajo denuncia que el coste de construir una "Europa fortaleza" se paga sobre todo en vidas humanas, con más de 23.000 personas muertas en la última década cuando intentaban llegar a Europa –200 sólo en el primer semestre de este año– y en derechos fundamentales, con prácticas de devoluciones en caliente y expulsiones colectivas.

La mayoría de los refugiados del mundo no proceden de sus regiones de origen. A finales de 2013, los países que albergaban el mayor número de refugiados eran Pakistán, Irán, Líbano, Jordania, Turquía, Kenia, Chad, Etiopía, China y EEUU.

AI afirma que este "orden de prioridades" en el presupuesto de la UE contrasta con el hecho de que el 48% de las personas que tratan de entrar irregularmente en el territorio proceden precisamente de países en guerra o donde se persigue a los ciudadanos: Siria, Afganistán, Eritrea y Somalia.

Para ellos, sin embargo, se destina un euro de cada cuatro que se gastan en seguridad.

Con este dinero se levantan vallas y muros, se refuerzan los efectivos policiales y sus medios materiales o se contratan servicios de tecnología punta para vigilar los perímetros, pero también se financia la cooperación con países vecinos, como Turquía, Marruecos o Libia, para crear "zonas de contención" de los emigrantes en el entorno europeo.

Según explica el informe, la UE "hace la vista gorda ante los abusos contra los derechos humanos que sufren las personas refugiadas y migrantes en estos países" a los que se ha "externalizado" el control de fronteras y con los que se han pactado acuerdos para que readmitan a los migrantes interceptados en territorio comunitario, aunque no sean oriundos de allí.

En cuanto a las devoluciones ilegales, la organización dice que ha constatado estas prácticas en las fronteras de Bulgaria y Grecia, donde se trata de una práctica "muy extendida" que alcanza incluso a quienes han entrado ya en el territorio o son interceptados en el mar, que sobre la marcha son entregados "de forma rutinaria" y "sin ningún procedimiento" a Turquía, "poniendo sus vidas en peligro".

También en España, donde el 6 de febrero 15 emigrantes fallecieron intentando alcanzar a nado la playa ceutí de El Tarajal, 23 llegaron a suelo español, pero fueron entregados sobre la marcha a Marruecos sin que mediase proceso de identificación ni se les ofreciese la posibilidad de pedir asilo.

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