El fabricante surcoreano de telefonía Samsung ha anunciado hoy que ha suspendido temporalmente su relación con uno de sus proveedores en China después de haber encontrado “pruebas” de que empleaba a menores de edad.
La decisión llega días después de una denuncia formulada por China Labor Watch (CLW), con base en Estados Unidos. Esta organización había encontrado al menos a tres niñas menores de 16 años –la edad mínima para trabajar en China- en turnos nocturnos, de las 8.30 PM a las 8.30 AM.
CLW también relataba otras violaciones de la ley laboral como jornadas excesivas, horas extras impagadas y falta de formación y seguridad social.
La multinacional ha explicado en un comunicado oficial que, tras una investigación preliminar, ha decidido suspender la relación “ya que ha encontrado pruebas de empleo de menores en el puesto de trabajo”.
La empresa Shinyang Electronics, también de propiedad surcoreana, tiene su fábrica en Dongguan (Guangdong), una de las capitales fabriles del gigante asiático.
La compañía surcoreana ha subrayado su “tolerancia cero” con la contratación de menores y lamentado que los hechos se hayan producido a pesar de los esfuerzos por atajarla.
Sólo dos semanas atrás, Samsung había publicado su informe anual en el que sostenía que, por segundo año consecutivo, las auditorías internas practicadas a sus 130 fábricas de suministros en China no habían encontrado ningún caso de contratación de menores.
La multinacional también había subrayado que sus estrictos mecanismos para impedirlo incluyen reconocimientos faciales en la entrada de las fábricas. CLW ha descrito esos mecanismos como “ineficaces”.
Las autoridades chinas también están investigando el caso y, si se confirmase, la suspensión de la actividad sería permanente.
Otras multinacionales de telefonía han tenido problemas similares en China. Foxconn, el principal fabricante en China de Apple, ha sido denunciado en varias ocasiones por la prensa y las organizaciones de defensa de los trabajadores por las condiciones laborales extenuantes, la excesiva presión y los sueldos bajos de sus empleados. Una veintena de trabajadores se suicidaron en la planta de Shenzhen cuatro años atrás.
