Unos 500 niños que permanecían en condiciones infrahumanas, sometidos a abusos en un precario albergue en el estado de Michoacán, en el centro de México, fueron rectados en un gigantesco operativo policial y militar, informó la noche del martes el Procurador General de la República, Jesús Murillo.
El operativo de rescate se realizó en el albergue La Gran Familia que funcionaba gracias a donaciones de filántropos desde hace 40 años en el municipio de Zamora, Michoacán (unos 400 km al oeste de la Ciudad de México) y era administrado por Rosa Verduzco, una anciana conocida como “Mamá Rosa”, quien fue detenida junto a ocho colaboradores.
“En un cateo encontramos que había cerca de 500 niños en condiciones verdaderamente lamentables”, dijo el procurador Murillo en una conferencia de prensa.
“Inmediatamente se tuvo que actuar para empezar a eliminar las plagas que se encontraban ahí. Había ratas, chinches, pulgas, para poder dejar el lugar en condiciones, es muy difícil de repente mover a los 500 niños a otro lado con mejores condiciones”, describió el Procurador federal.
La orden de cateo se originó en la denuncia hecha por cinco personas: “sus hijos estaban en un albergue, podríamos llamarle, internado si ustedes quieren, y que no se los devolvían, se negaban a devolvérselos e inclusive a la libertad”, relató el Procurador.
El gobernador de Michoacán, Salvador Jara, expresó en la misma conferencia: “Los hechos de hace unas horas me dejan a mí realmente consternado, porque no esperábamos las condiciones que se encontraron en el albergue; efectivamente, más de 500 niños en muy malas condiciones (…) No podemos permitir que en ningún lugar, ni de Michoacán ni de la República ocurran estas cosas”.
Testigos y víctimas comenzaron a relatar abusos físicos y psicológicos hacia los menores.
Los primeros testimonios indican que los niños eran obligados a pedir limosnas, eran mal alimentados, dormían en el suelo, entre plagas, algunos sufrieron abusos sexuales y les prohibían abandonar las instalaciones del albergue, incluidos los bebés que nacían dentro del albergue, que alguna vez gozó de buena reputación.
En el operativo conjunto participaron cientos de agentes especializados en Investigación en Delincuencia Organizada, de la Agencia de Investigación Criminal, de la Procuraduría General de la República (PGR), policías federales y efectivos de Defensa Nacional, dijo Tomás Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal.
El aparatoso rescate ocurre mientras en México la atención de la opinión pública se centra en decenas de miles de niños migrantes centroamericanos que cruzan solos territorio mexicano en una penosa travesía ilegal hasta la frontera de Estados Unidos, donde son detenidos por la Patrulla Fronteriza en albergues a la espera de su deportación.
La suerte de los niños en México incluye secuestros por mafias de narcotraficantes y redes de prostitución.
