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Rusia y EEUU, en una nueva disputa geopolítica

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Las disputas entre Rusia, EEUU y Europa por la crisis en Ucrania son indicios de un nuevo pulso geopolítico que alcanza a América Latina, entre reminiscencias de la Guerra Fría que terminó hace 25 años, coinciden analistas mexicanos desde posiciones diferentes.

Las disputas entre Rusia, EEUU y Europa por la crisis en Ucrania son indicios de un nuevo pulso geopolítico que alcanza a América Latina, entre reminiscencias de la Guerra Fría que terminó hace 25 años, coinciden analistas mexicanos desde posiciones diferentes.

Cuando el presidente Vladímir Putin apenas terminaba una gira por Cuba, Nicaragua, Argentina y Brasil, el clima internacional fue sacudido por el desastre del Boeing 777 malasio que volaba de Ámsterdam a Kuala Lumpur con 298 pasajeros, en plena zona del conflicto interno de Ucrania, controlada por las milicias prorrusas que luchan contra el Gobierno ucraniano de Kiev.

Pero el mundo actual es diferente al de la bipolaridad de la segunda mitad del siglo XX, afirma el escritor Jorge G. Castañeda: “La Guerra Fría –que duró hasta la caída del Muro de Berlín en 1989– tenía una connotación ideológica que hoy no existe. Tenía una connotación histórica. No existe más; ahora hay simplemente una rivalidad entre potencias, por cierto asimétrica”, dijo en una entrevista con Nóvosti el intelectual mexicano y ex jefe de la diplomacia mexicana en el gobierno de Vicente Fox (2000-2006).

Castañeda, profesor universitario en Nueva York, observa una nueva geopolítica de bloques económicos en el mundo: “Eso sí lo hay, en parte. Desde hace un par de años, Rusia trata de recuperar una cierta postura geopolítica que perdió desde 1989”, considera el autor de una docena de libros, entre ellos La utopía desarmada, una crítica a las izquierdas latinoamericanas que sobrevivieron a la Guerra Fría.

En cambio, Américo Saldivar, investigador de la División de Estudios de Posgrado de la UNAM, dijo a Nóvosti que se escuchan más que ecos de los años de la bipolaridad global: “De entrada sí hay barruntos de una nueva Guerra Fría, aunque por razones muy diferentes, por ejemplo, la lucha por la hegemonía de espacios geopolíticos estratégicos y comerciales”, afirma Saldivar.

En primer lugar, dice Saldivar, un economista educado en los años 60 en Moscú, autor de El ocaso del socialismo, escrito a la caída del bloque soviético, Putin está sacando provecho de los fracasos de Occidente en el manejo de sus conflictos: “Después de los conflictos en Siria, Irán y Ucrania, el Gobierno de Rusia muestra sus músculos y su astucia frente a los errores y tropiezos de EEUU, la OTAN y la Unión Europea (UE)”.

“Al menos durante los últimos cinco años, la política exterior de Rusia puede calificarse de exitosa; más aún si se compara con los fracasos diplomáticos, militares y geoestratégicos de EEUU en el Medio Oriente, como Afganistán, Irak y Libia”, dice Saldivar, autor de unos 15 títulos de sociología y economía política.

EL LIDERAZGO DE VLADÍMIR PUTIN

Rusia con Putin a la cabeza “han actuado como un eficiente mediador para desactivar la chispa bélica de Occidente”, dice el economista educado en la ex Unión Soviética, quien al igual que Castañeda transitó en su juventud los caminos del extinto Partido Comunista mexicano y sufrió cárcel en los años de la rebelión estudiantil del 68.

Otro segundo gran éxito –no cabe duda, dice Américo Saldivar–, es la recuperación histórica de la Península de Crimea para Rusia mediante un referéndum. “Ello fue un resultado previsible de las intentonas golpistas de la ultraderecha ucraniana, apoyada y azuzada por Occidente. Les salió el tiro por la culata y despertó los sentimientos de los separatistas prorrusos”, apuntó.

“Estos casos son signos y síntomas de una Neoguerra Fría, donde la controversia central no es por el sistema económico o ideologías muy diferentes, pero sí por la disputa de espacios geoestratégicos, de influencia política y comerciales”, dice el economista e investigador de la UNAM.

Castañeda admite que Putin ha sido “hábil” y “exitoso” en tratar de darle una proyección de poder a Rusia “con una economía primaria, exportadora de petróleo y gas. Hay una recuperación geopolítica pequeña por parte de Rusia”, afirmó autor de una biografía del guerrillero de los años sesentas, Ernesto Che Guevara, La vida en rojo.

La crisis del avión –que EEUU afirma fue derribado por rebeldes prorrusos–, ocurrió justo cuando Putin concluía una exitosa gira latinoamericana, en la que condonó casi toda la deuda de 35.000 millones de dólares a Cuba, en una visita a los hermanos Fidel y Raúl Castro; hizo una escala sorpresa para saludar a Daniel Ortega en Nicaragua, prometió inversiones en los reservorios petroleros patagónicos de Argentina y asistió a la cumbre de los países BRICS con la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR).

Castañeda tampoco considera que la cumbre de países BRICS –Brasil, Rusia, China, India, Sudáfrica– con UNASUR sea síntoma de una nueva confrontación, “es sólo una pequeña recuperación geopolítica de Rusia y un interés chino por materias primas”, afirma el académico de varias universidades de EEUU.

Para Castañeda, “durante la Guerra Fría, la simetría fue patente (…) pero ahora, no hay amenaza nuclear, no hay rivalidad ideológica”.

CHINA TAMBIÉN GIRA HACIA LATINOAMÉRICA

Después de Putin, el presidente chino Xi Jinping hizo su propia gira latinoamericana, por Brasil y Argentina, donde le tendió un salvavidas financiero a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con masivos proyectos de inversión y financiamientos.

Saldivar, especialista en temas ambientales globales, no se hace muchas ilusiones sobre la emergencia de un nuevo contrapeso de China y Rusia al hegemonismo norteamericano y europeo, ni sobre las posibles ventajas para México y Latinoamérica.

“Considero que los acuerdos logrados por la VI Cumbre de los países BRICS, muestra no sólo la necesidad de recuperar el resquebrajado multilateralismo, sino también el creciente deterioro de las instituciones financieras tradicionales de Occidente, el fracaso del Consenso de Washington, así como de las políticas neoliberales que se imponen en el planeta a toda costa”, dice Saldivar, autor del libro La sociología dominante, una crítica al pensamiento occidental.

Los nuevos alineamientos también traerán más cooperación financiera comercial y cultural con los países del Sur. “No olvidemos que en el caso de China estamos hablando, por su peso y tamaño, de la segunda economía mundial; la India es la tercera y Rusia la sexta”, dice el economista.

Castañeda disiente: “Creo que son dos cosas distintas. Rusia no es un consumidor de materias primas latinoamericanas. Rusia es un exportador de materias primas y algunas armas a países pobres; no un consumidor de materias primas. China es un consumidor de materias primas y un exportador de manufacturas. Hoy por razones de otro tipo Moscú y Pekín quieren ser amigos”.

China compra el petróleo de Venezuela, Brasil y Ecuador, ahora Putin quiere explotar los hidrocarburos de Vaca Muerta en la Patagonia argentina, admite Castañeda. “A los chinos los entiendo, porque hay una relación estratégica, esos países son sus principales exportadores de materias primas”.

China tiene una postura estratégica distinta de Moscú en América Latina, dice Castañeda: Pekín “busca asegurar el suministro de materas primas. Rusia lo hace por motivos e intereses geopolíticos. Son dos cosas totalmente distintas. Para China tiene sentido, porque los países sudamericanos quieren convertirse en un mercado importantísimo de sus materias primas”.

EL PAPEL DE MÉXICO EN EL NUEVO TABLERO INTERNACIONAL

Para el excanciller mexicano, México no tiene nada que ver en todo esto embrollo. “Espero que México se ocupe de lo que nos importa, de los niños migrantes en la frontera con Estados Unidos, de la crisis de los migrantes centroamericanos, por ejemplo, y deje de perder el tiempo con temas sudamericanos, que no son de nuestra incumbencia”.

Su conclusión es categórica: “No es un asunto nuestro, no nos interesa. Lo nuestro es la relación con EEUU, Centroamérica y el Caribe”.

En cambio, Saldivar ve motivos de alerta para Occidente por los pasos de Vladímir Putin y Xi Jiping en Latinoamérica. “Eso es suficiente para quitarle el sueño a los oligarcas y trasnacionales que cotizan en Wall Street y en la City de Londres”.

La apuesta de Rusia y China cobra sentido cuando la región se replantea su papel en mapa energético mundial: “Es motivo de atención en Occidente, y será más aún cuando los rusos y chinos presenten sus licitaciones para la explotación de yacimientos en México; vaya que sí nos interesará lo que ocurre al sur de nuestra fronteras y allende el Atlántico y el Pacífico”, advierte Saldivar.

Por lo demás Rusia no sólo exporta materias primas, replica: “cuenta con una potente tecnología militar y de prospección petrolera, sin olvidar la enorme influencia artística y cultural; la música, el ballet, su folclor y literatura que están entre los mejores del mundo”.

Mientras el clima global pone acento en las personalidades de los líderes, Saldivar apunta: “Las audacias y capacidades de Putin como estadista mundial, quedan muy por encima de sus similares de Occidente”. 

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